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De acuerdo a datos a los que tuvo acceso ABC Color, los traficantes de rollo habrían actuado supuestamente con la ayuda de agentes de Policía asignados a la comisaría de Emilianoré, distrito de Abaí, departamento de Caazapá.
Los guardabosques ya habían solicitado con anterioridad ayuda policial y de la Fiscalía de Medio Ambiente con oficina en la capital departamental, pero fue en vano.
Según Amelio Flores, un guardabosque, el martes, durante un control conjunto con funcionarios de la SEAM de los Parques San Rafael e Ybycuí, ubicaron una planchada de cinco rollos de madera de la especie Chiparupa y varias evidencias como un carro alzaprima y bueyes dentro del Parque Caazapá, en la cercanía de la colonia Emilianoré.
El hecho fue comunicado a la Fiscalía del Medio Ambiente de Caazapá y avisaron que las evidencias serían trasladadas a la comisaría más cercana, la de Emilianoré. Sin embargo, por el camino fueron interceptados por varias personas que se movilizaban en motocicletas y tenían como objetivo recuperar el carro alzaprima y los bueyes. En el primer intento no consiguieron nada y se alejaron; cuando faltaban alrededor de 500 metros para llegar a la dependencia policial, a la altura de un puente, el grupo volvió ya con más motociclistas y con personas que se ubicaron en un monte, evidentemente armadas, dijo Flores.
A medida que discutían con los pobladores, aumentaba la cantidad de personas que se acercaban. “Solicitamos ayuda a la fiscalía y a los policías y ellos nunca aparecieron”, relató Flores.
“En un momento dado, uno de los pobladores subió a su motocicleta y fue a traer a un policía identificado como Higinio Arevalos, quien en vez de ayudar dijo que ‘aquí los pobladores son prepotentes y que hay que saber andar’”, agregó el guardabosque.
Cuando vieron al policía, los mismos campesinos, conocidos como parqueros, se encargaron de desatar el carro y los bueyes para llevarse sin problema con la complicidad del agente.
Flores señaló además que habló personalmente con la fiscal del Medio Ambiente, Marta Leiva, quien le dijo que el carro alzaprima con los bueyes sin la madera no le sirve como evidencia y que en el carro tenía que estar la madera.
Por su parte, la representante del Ministerio Público expresó que el guardabosque le mintió puesto que dijo que el carro tenía rollos y al final se encontró con que no era así. Además, continuó diciendo, esos elementos estaban en una chacra cercana al parque y no dentro de la reserva.
Evidentemente, la nueva fiscal no conoce aún la maña de los depredadores del parque Caazapá, que siempre utilizan propiedades aledañas para sacar los rollos y para esconderse de los intervinientes, de acuerdo con los datos.