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El pasado 22 de octubre, un tribunal de sentencia condenó a solo 11 años de cárcel a un supuesto “pez gordo” juzgado en un caso de 360 kilos de cocaína. Se trata de Jaime Franco, vinculado a un cargamento de 360 kilos de cocaína en un procedimiento registrado el 2 de agosto de 2013 en Ciudad del Este.
Luis Rojas relató que ese día formó parte de una operación en la que se incautó la droga. Fueron tres personas las implicadas: Gilberto Domínguez, Celestino Godoy Sanabria (choferes del camión que transportaba la droga) y Jaime Franco, quien logró escapar y estuvo prófugo por un año, hasta que decidió entregarse.
El tribunal de sentencia integrado por Elio Ovelar, María Luz Martínez y Daniel Ferro, sin embargo, consideró a Jaime Franco como cómplice de tenencia de sustancia prohibida y asociación criminal. Es decir, el órgano judicial dedujo que Franco usaría nada más y nada menos que 360 kilos de cocaína para uso personal.
Los magistrados, según el cuestionamiento del agente del Ministerio Público Marcelo Pecci, quien pidió 20 años de cárcel para Franco, sospechosamente excluyeron el hecho punible de tráfico de droga atribuido a Jaime Franco, según la acusación. “El proceso estaría arreglado. Va a traer consecuencias. Es tan escandaloso que la Fiscalía va a apelar. Vamos a seguir investigando. Vamos a ver qué hay detrás de todo esto. Es un grito de atención que no puede ser ignorado”, indicó Rojas en conversación con radio Canal 100.
Jaime Franco, sindicado como el líder de banda, recibió solo 11 años de cárcel, y Gilberto Domínguez, chofer del camión que trasladaba la carga, fue sentenciado a 15 años de cárcel y Celestino Godoy Sanabria, quien debía recibir la mercadería, fue condenado a 11 años de prisión. La disparidad de criterios es llamativa: una mujer llamada Ladislaa Medina había sido condenada a 14 años de prisión por intento de tráfico de 900 gramos de cocaína a Bélgica, en 2009. El tribunal de sentencia estuvo integrado por los jueces Wilfrido Peralta, Lourdes Sanabria y Liza Battilana.