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El comisario se refirió al incidente registrado el pasado 10 de abril, ocasión en que policías se tomaron a golpes con Antonio Álvarez, hijo del juez de Paraguarí que lleva el mismo nombre, durante la realización de un supuesto control de rutina.
Solís Aquino reiteró y respaldó la versión de los cinco policías que ahora están detenidos en el Departamento Judicial de la Policía por los hechos de cohecho pasivo, robo y lesión corporal en el ejercicio de la función pública. Se trata del oficial 1º. Sebastián Espinola, oficial 2° Guillermo Torres, el suboficial 1° Julio Cubas, suboficial 1° Francisco Giménez y suboficial 2° Víctor Vallejos.
De acuerdo con la versión policial, la noche del 10 de abril pasado procedieron a la búsqueda de una camioneta Toyota Land Cruiser sin chapa que supuestamente casi atropelló a un motociclista. Los uniformados divisaron al vehículo que estaban buscando y procedieron a identificar al conductor, que, según afirma el comisario, se resistió en todo momento a revelar su identidad y reaccionó con insultos y luego con golpes a los intervinientes.
“En el video se ve que le da (Antonio) un puntapié al personal policial y ahí le golpea en los dedos”, explicó, para agregar que la filmación fue hecha justamente porque el agente “se dio cuenta de que lo que pasaría sería grave”. El comisario sostuvo que ya en la comisaría se practicó el alcotest a Antonio Álvarez, que dio negativo. También dijo que llegó al lugar el juez y padre del detenido, quien a su vez ordenó la misma prueba a los policías, que también dieron negativo. “En ese momento viene el hermano del detenido (Andrés) a agredir”, añadió, en contacto con ABC Televisión.
El jefe policial resaltó la llamativa premura con la cual dejaron en libertad al hijo del magistrado, pese a que el mismo estaba detenido por resistencia, puntualizó. Así también, dijo que es curiosa la manera en que los cinco oficiales de la comisaría ahora son detenidos por orden del juez Julián López, quien en contacto con 780 AM sostuvo que su decisión se basó en la denuncia que obra en la carpeta fiscal y no en que el denunciante sea hijo de un colega suyo.
Andrés Álvarez, otro de los hijos del juez de Paraguarí Antonio Álvarez, había explicado anoche a ABC Color que ellos son las víctimas del atropello de los policías que, afirmó, sin orden de cateo ni de allanamiento atropellaron la vivienda de Antonio Álvarez (h) porque éste “no quiso transar”.
Comentó que la noche del 10 de abril, Antonio Álvarez llegaba a su casa junto con su hijo en la camioneta Toyota Land Cruiser, cuando detrás de él se estacionó una patrullera de la Policía. De la misma bajó un policía –siempre de acuerdo a la denuncia- que exigió a Antonio que se identifique. El uniformado afirmó que le iban a requisar la camioneta porque no contaba con chapa trasera. Antonio respondió que tiene la chapa al frente del auto (ver video) porque la de atrás se le extravió y que, al contar con una, igualmente está habilitado a circular.
En ese momento, cuenta Andrés Núñez, el oficial le exigió que entregue la llave del rodado, a lo que se resistió Antonio, pues, al ser abogado, estaba al tanto de que no pueden requisar un rodado sin una orden de secuestro de su vehículo. “Él sabía que era un procedimiento irregular”, aseguró Andrés en contacto con ABC Color.
Dijo que, ante la insistencia del uniformado de entregar su llave, se inició una fuerte discusión y decidió entrar a su vivienda, pero fue seguido por dos oficiales, a los que identificó como Sebastián Espínola y Julio Cubas, quienes ingresaron a la propiedad privada alegando que estaba detenido e intentaron arrestarlo.
Cuenta el entrevistado que desde afuera los policías gritaban a Antonio frases como: “Nde puto” o “maricón, dejá de esconderte detrás de la pollera de tu señora”, quien estaba en la casa pidiendo ayuda a los vecinos y tratando de calmar a su hijo. “Ahí mi hermano sale de nuevo y se toma a golpes con los policías. Ahí los policías llaman por más refuerzos y llegan en cuatro patrulleras 15 oficiales. Levantan el portón eléctrico y vuelven a ingresar a la casa en busca de mi hermano que intentaba ingresar de nuevo a la casa”, añadió.
“Vi a mi hermano ya dentro de la patrullera, vi cómo le metían los dedos en los ojos, otro le agarraba de los genitales. Eso se recuerda solo en épocas de la dictadura. Ellos (los policías) no tenían una orden de cateo del vehículo, mi hermano no tenía orden de arresto, ingresaron a la casa sin orden de allanamiento, el auto no tenía orden de captura. Es terrible lo que pasó”, recordó.