Un caso raro, pero no el único

¿Es común la renuncia de un ministro de Defensa? El historiador Eduardo Nakayama detalló cuáles son algunos antecedentes similares a lo realizado hoy por Bernardino Soto Estigarribia, quien abandonó la “selección nacional” de Cartes.

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Bernardino Soto Estigarribia, ahora exministro de Defensa, renunció a su cargo este jueves afirmando que se sintió “agredido en su dignidad y en su sentimiento de respeto a la institución”. Ante esto surgió la pregunta de si esto era algo inédito en la historia de la cartera de Estado.

Eduardo Nakayama, historiador y catedrático de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Asunción, respondió a las consultas de ABC Color con una breve reseña. Afirmó además que lo de Soto era algo que podía producirse en cualquier momento y recordó que fue un ministro que quiso incluir la titularidad de esa cartera en la cadena de mando de las Fuerzas Armadas.

Soto Estigarribia perdió la pulseada en la serie de nombramientos que se realizaron en los mandos medios de las Fuerzas Armadas. La “contienda” la ganó el comandante de las Fuerzas Militares, Luis Gonzaga Garcete.

La historia del Paraguay registra varios casos de renuncias de titulares en la cartera de Defensa. Durante el siglo 19 y la primera mitad del siglo 20, su denominación era de “Ministerio de Guerra y Marina”. Por lo general, eran llamados para ocupar la cartera ciudadanos con formación militar u oficiales activos, considerando el conocimiento requerido para cumplir con eficiencia las tareas, aunque también fue ocupada por civiles.

Luego de la Guerra de la Triple Alianza, este ministerio sería ocupado en forma alterna por veteranos de la contienda y, dadas las continuas revoluciones y contrarrevoluciones, era quizá el cargo de máxima confianza por implicar la posibilidad de movilizar la fuerza contra el poder constituido.

Aún en medio de los escombros y apenas iniciándose la reorganización institucional del país con la Constitución de 1870, la cartera de Guerra y Marina registraría una gran “dinámica”, aunque por distintos motivos que van desde la necesidad de renunciar al cargo para otra postulación hasta “enroque” con otras carteras o desinteligencias con el primer mandatario, varios fueron los casos registrados en el país.

Algunos de los ministros de Defensa que renunciaron a fines del tumultuoso siglo 19 fueron: Salvador Jovellanos, Bernardino Caballero, Eduardo Aramburu y José Falcón.

En el siglo 20, los casos más emblemáticos fueron los del Gral. Patricio Escobar, que tuvo desavenencias con el presidente Juan Antonio Escurra en 1904, en puertas de la Revolución Liberal, a la cual su mismo hijo Patricio Alejandrino Escobar y el vicepresidente Manuel Domínguez se plegarían; y el caso del Cnel. Manlio Schenoni en abril de 1931, según trascendió, descontento por haber sido injustamente implicado en una de las conspiraciones urdidas para derrocar al presidente José Patricio Guggiari.

Finalizada la Guerra del Chaco y desde la ascensión y auge de los gobiernos militares en 1936, la cartera de Guerra y Marina (después Defensa) iría perdiendo protagonismo y cualquier participación directa en la cadena de mando para concentrar el poder civil y militar en el primer mandatario.

Hoy día, además de elaborar las políticas de defensa, el ministro de Defensa es asesor principal del Presidente en materias de Defensa Nacional, así como nexo y contacto con misiones militares extranjeras y cooperaciones internacionales.

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