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El sacerdote Emiliano conforma el clero de la parroquia Virgen de Fátima y San José Obrero de la ciudad de Vallemí. Ahora se encuentra en esta ciudad con permiso pastoral.
El religioso dio a entender que Paraguay se encuentra a la deriva, como un barco sin timón, por la falta de verdaderos políticos que mejoren el rumbo del país, porque también un gran porcentaje del pueblo es complaciente, por su fanatismo partidario.
Señaló que la justicia no castiga a los corruptos e indicó que las autoridades de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial conforman un círculo vicioso para autodefenderse. Manifestó que el Gobierno ya es una podredumbre que descompone al país y estas autoridades deberían cortarse sus propias manos, debido a su mal comportamiento.
Dijo que solamente la juventud es la esperanza para buscar cambios en el país y destacó la movilización realizada anoche por la ciudadanía, que incluso no permitió que se sume a la protesta el expresidente de la República Federico Franco, quien fue expulsado de la Plaza de las Armas.