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El padre Juan Alejo Robadín, quien presidió el acto litúrgico, al recordar lo hecho por Jesús durante la Última Cena procedió a "lavar y besar los pies de cada uno de los 12 apóstoles".
Durante su homilía, Robadín pidió a los feligreses seguir las enseñanzas de Jesús, sirviendo al más débil y al más necesitado.
Agregó que el cambio real que pretende la Iglesia católica es el de mentalidad, de actitud de los feligreses, en el sentido de amar y servir al semejante.
"Si no visitan a un enfermo o necesitado, pueden decir que están en pecado. Nos hace mucho más felices el dar que el recibir", indicó el citado religioso.
Entre los discípulos estaban una mujer y un niño, hecho que ya se hizo costumbre en esta comunidad, a modo de representar a todos los sectores de la sociedad.