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Luego de más de una semana de permanecer desaparecido, sorpresivamente el rector de la UNA, Froilán Peralta, “resucitó” en medio del silencio y decidió salir a dar explicaciones sobre el posicionamiento de la institución en el último listado dado a conocer por la “QS World University Rankings”.
El resultado de la medición despertó indignación y preocupación, ya que la más importante casa de altos estudios en Paraguay cayó 23 puestos en solo dos años y del 78 bajó al lugar 101, saliendo de esta manera del “top 100”. La debacle coincidió con la asunción de un político colorado -fuertemente resistido por su vínculo con el polémico senador “Calé” Galaverna- al frente de la institución.
En la fecha, en contacto con la 780 AM, Froilán dio curiosas explicaciones para tratar de justificar el bajo posicionamiento de la institución y finalmente concluyó que -aun con el resultado de las mediciones- “hemos mejorado”. “Subimos nosotros... en tres de los seis indicadores... En estos tres indicadores una vez más la universidad aprobó como la mejor del país”, manifestó.
El rector explicó que, de los seis indicadores medidos, tres son “responsabilidad” de la casa de estudios, ya que hacen referencia a la investigación científica y la calidad de los docentes. Con respecto a los otros indicadores restantes, “que escapan a nuestro control”, indicó que hacen referencia a opiniones sobre UNA.
Al hacer referencia al primer aspecto tomado en cuenta por la Quacquarelli Symonds (QS), Peralta mencionó que se trata del “nivel académico y científico de los docentes escalafonados”. “Tenemos 3.300 profesores escalafonados con el nivel que exige la QS; así hemos mejorado 13 puntos con relación al periodo académico anterior”, detalló.
Con respecto al segundo punto tomado en cuenta, señaló que se trata del “impacto ante la web”, es decir “cómo se nos ve a nosotros a nivel mundial por los trabajos científicos”. Mencionó que la percepción sobre los estudiantes de la UNA en el exterior llega a tal punto que “nuestros estudiantes y docentes son admitidos en cualquiera de las universidades de la región”. De esta manera, “mejoramos, pasamos de 13 a 9”, destacó el político.
El tercer indicador que influye en la medición hace referencia a las publicaciones científicas de las investigaciones. “Hemos publicado en revistas científicas a nivel internacional, comprobadas por la QS, y mejoramos 13 puntos, es decir subimos también”, destacó. Para resaltar aún más su gestión, aseguró que “tenemos apenas 60 investigadores de tiempo completo y nuestras publicaciones han sobrepasado ampliamente las expectativas para una universidad de nuestra talla”.
El rector insistió en todo momento en cuanto a que los demás indicadores -también tres- hacen referencia a la opinión que se tiene de la UNA a nivel local, en diversos ámbitos. “Estos son indicadores que -no es que no son nuestra responsabilidad- sino que escapan a nuestro control”, sostuvo.
Mencionó que uno de los indicadores que resultaron negativos para la universidad fue “la percepción de la calidad docente de acuerdo a cómo le ven docentes de otras universidades públicas y privadas”. Consideró que principalmente “las universidades privadas nos aplazaron, no nos ven bien como docentes. Eso llama la atención porque el 60% de los docentes de universidades privadas son docentes de la Universidad Nacional”, agregó.
Otro factor adverso fue la percepción de los empleadores sobre los egresados de la casa de estudios. “En noviembre envié (los datos de) 836 empleadores; puse a disposición una mayor cantidad de empleadores para que pregunten sobre los egresados y ahí la QS nos bajó 60 puntos, de acuerdo a cómo nos vieron nuestros empleadores a nivel nacional, que nos aplazaron”, explicó.
Peralta una vez más consideró que este resultado “me llama la atención”, ya que “el 90% de los médicos de sanatorios son egresados de la UNA”. Al señalar otro ejemplo, agregó que “la mayoría de los ingenieros agrónomos en el sector privado son la UNA” y seguidamente mencionó que “la mayoría de los veterinarios de los frigoríficos son egresados de la UNA”.
El último indicador que resultó adverso para la universidad fue el referente a la población estudiantil, según el rector. “Lo que pasa es que anualmente en los últimos 11 años recibimos 14.000 candidatos a egresar, de los cuales solo el 50% pudo acceder”, explicó. Indicó que, a más de que la universidad no puede bajar las exigencias para permitir el ingreso de un mayor número de alumnos, es necesario considerar la limitada infraestructura para albergarlos. “Las aulas, los laboratorios y las bibliotecas tienen el mismo espacio (desde hace años) y ya no podemos agarrar mayor número porque no tenemos espacio físico”, agregó.
Luego de señalar que apenas la mitad de los postulantes logra ingresar a la UNA, Froilán señaló el bajo nivel que los estudiantes logran en la educación secundaria. “Aun el egresado del mejor colegio del país tiene que pasar por un año de nivelación para pasar por la UNA”, refirió. Indicó, asimismo, que justamente por culpa de la baja preparación de los bachilleres, la cantidad de egresos en la universidad son bajos con respecto a la cantidad de postulantes. “Si no pasan por un curso de un año por lo menos, no pueden ingresar a la UNA (…) y ahí nos bajaron 11 puntos”, sostuvo.