Cargando...
Conmemorando el día internacional contra la “LGBTIfobia”, la organización manifiesta su interés en participar de la elaboración del anteproyecto de ley de salud mental que se encuentra en discusión en la Comisión de Salud Pública y Seguridad Social del Senado.
La Coalición insta a que se aseguren y se contemplen medidas de promoción y protección de la salud mental de las personas LGBTI, incluyendo la prohibición de cualquier tratamiento o procedimiento abusivos, nocivos, carentes de ética y sustento científico tendientes a “curar” la orientación sexual o la identidad de género conocidas como “terapias de conversión”, explican en un comunicado.
Recientemente, el Comité de los Derechos del Niño, un grupo de expertos en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, instaron a los Gobiernos a reformar las clasificaciones médicas y a adoptar medidas para prevenir todas las formas de tratamientos y procedimientos forzados a las personas LGBT. Señalaron que “los tratamientos y procedimientos forzados, coercitivos o involuntarios pueden causar dolor y sufrimiento físico y mental, de forma severa y de por vida, y pueden violar el derecho a estar libre de tortura y de otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”
Si bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales en 1990, sostienen que aún queda pendiente la despatologización de la transexualidad, que sigue vigente en los manuales de psiquiatría, por lo que instan su pronta derogación.
Recuerdan que en Paraguay la Constitución Nacional en su artículo 46 establece que todas las personas son iguales en dignidad y derecho, el artículo 68 “El Estado protegerá y promoverá la salud como derecho fundamental de las personas”. Asimismo, Paraguay ha ratificado instrumentos internacionales como la Convención de las Naciones Unidas Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica. El Comité contra la tortura ha señalado en reiteradas ocasiones que las supuestas “terapias de conversión” son prácticas poco éticas e incompatibles con el derecho a no sufrir tortura y tratos crueles.