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Almada, ex preso político y exiliado por varios años durante la dictadura de Strossner (1954-1989), recordó en un comunicado que “a punta de fusiles bañó de sangre nuestro suelo” y que fue prófugo de la justicia por delitos de lesa humanidad.
La intención de repatriar los restos del exdictador fueron anunciados esta semana por su nieto, el senador del partido Colorado Alfredo Domínguez Stroessner.
Almada recordó que las pruebas contra Stroessner están contenidas en ocho volúmenes de la Comisión Verdad y Justicia y también “por tres toneladas de documentos de la Operación Cóndor que descubrí el 22 de diciembre de 1992”, en referencia al “Archivo del Terror”.
“El senador que se aprovechó del nombre y fortuna de Stroessner quiere repatriar los restos de quien estableció en Paraguay la arbitrariedad, el abuso de poder, la corrupción, la represión y la impunidad”, destacó.
Almada agregó que el caso de los detenidos/desaparecidos es “un tema no saldado en la sociedad”.
Según la Comisión Verdad y Justicia, durante la dictadura stronista hubo en el país 20.090 víctimas directas de violaciones de derechos humanos, de las cuales 19.862 detenidas en forma ilegal, 18.772 torturadas, 59 ejecutadas extrajudicialmente, 336 desaparecidas y 3.470 exiliadas.
Almada sostiene que Stroessner siempre estuvo al servicio de los intereses brasileños, y que por tanto “su lugar de eterno descanso legítimamente es su país de adopción, el Brasil”, donde murió (en Brasilia) el 15 de agosto de 2006.
En base a esos y otros argumentos, el activista de los derechos humanos afirmó que el retorno de los restos del exdictador, “en vez de fortalecer la democracia abrirá peligrosas heridas del pasado reciente”.