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Cerca del cuerpo de las tres victimas fue dejado un cartel en el que estaba escrito “por robar a inocente; no robar camioneta”. El mensaje lleva la firma de los autodenominados Justicieros de la frontera.
Los cuerpos estaban atados de pies y manos, y se encontraban en un camino vecinal, cercana a la Ruta 5. Cerca de los cuerpos fue encontrada una camioneta Ford F-1000 sin chapa.
La policía confirmó las identidades de los fallecidos, uno de los cuales es un camarada de arma; se trata del suboficial inspector Pedro Yanel Barúa Acosta (35). Los demás son Delio Rosevel Santacruz Ramírez (31) y Venancio Ramón Romero (27).
El uniformado contaba con antecedentes por el supuesto delito de “reducción e incautación de vehículos de dudosa procedencia” que datan de enero de este año. En su poder se habían encontrado dos camionetas Toyota: una Fortuner y una Hilux, denunciadas como robadas en el Brasil.
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En las inmediaciones de la escena del crimen se encontraron huellas y otros elementos que hacer sospechar a los intervinientes que se trataría de una camioneta Hilux, en la que posimiblemente se han desplazado los asesinos.
Este grupo de criminal normalmente ejecuta de manera atroz y con saña, justificando su accionar con que imparten “justicia” en la zona fronteriza, agobiada ya de por sí por facciones de narcotráficantes.
Este asesinato presenta similares características al últimos que se atribuyeron el año pasado, donde también dejaron una pancarta manuscrita en la que justifiban el asesinato de un joven, al que además le amputaron las manos, un “castigo” normalmente aplicado a los acusados de ladrones.