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La balsa debió haber funcionado días atrás e incluso se había acordado con las autoridades de la Prefectura de Formosa acelerar el proceso para facilitar el paso de miles de personas que aguardaban cruzar la frontera con sus vehículos.
Cuando ya parecía un hecho, funcionarios de menor rango de la Aduana de Puerto Cano (Argentina) trabaron la reapertura con llamativas e inesperadas exigencias, que impidieron el uso de esta vía en los días previos a la Navidad.
Finalmente y tras nuevas negociaciones, la balsa Villa Florida pudo reiniciar sus actividades, lo que significa un alivio para las familias que aguardaban pacientemente el cambio de humor de los empleados de la Aduana de Formosa.
Muchos automovilistas que viajaban con destino a Ñeembucú, al llegar a Puerto Cano se encontraron con la sorpresa de que el cruce no había sido habilitado, lo que les obligaba a seguir viaje con destino a la capital o a realizar la entrada al país por Asunción o Encarnación, lo que significa un gran sobrecosto y pérdida en tiempo por la distancia.
Semanas atrás, la balsa interrumpió el cruce por la riada que había anegado el puerto del lado argentino. La bajante del río Paraguay en los últimos días permitió el despeje del sitio inundado y la reanudación del servicio de balsa en la frontera.