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Las fotografías del cuerpo de Paola Colmán, que fueron difundidas masivamente en las redes sociales, evidenciaron unas marcas en el cuello que hicieron suponer que se podría tratar de un feminicidio.
Eso hecho ya fue desmentido por los forenses del Ministerio Público, quienes señalaron que no son hematomas, sino manchas que se forman en la piel a raíz de la posición en la cual permaneció el cuerpo por tres horas antes de ser encontrado.
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Lo mismo fue reafirmado por la médica forense Gala Ortigoza, quien también observó las fotografías y consideró que a simple vista se diferencia que son solo marcas producidas por la posición en que quedó la mujer al fallecer o por las prendas que tenía puestas. “Esa lividez aparece post mortem, generalmente cuando la ropa le aprieta, por las vestimentas, o por un montón de cosas que pueden apretar la zona”, detalló.
La lividez post mortem se caracteriza por una coloración rojiza o lila en las partes en declive del cuerpo, debida a una acumulación de la sangre en ciertas zonas, en este caso el cuello, y comienzan a aparecer después de una o dos horas del fallecimiento. “La sangre busca la acción de la gravedad y si se aprieta la zona queda marcada”, explicó.
Aseguró que los hematomas dejan grandes rasgos, a diferencias de las marcas leves que se observan en el cuerpo de la mujer que, según ella, pueden ser consideradas livideces.
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Los forenses aguardan los resultados de análisis laboratoriales a fin de determinar la causa real de la muerte de la exmodelo, cuyo cuerpo fue encontrado en su vivienda el pasado sábado 15 de setiembre.
El fiscal Yoan Paul López allanó el baño donde fue encontrada Colmán. Según sus declaraciones, “la cabeza quedó agachada y sostenida en una especie de tarima de mármol”.
Explicó que fue encontrada sentada, mirando hacia abajo. “Las rayas encontradas en el cuello –que son post mortem– coinciden con las formadas por la lividez cadavérica. No son manos ni dedos; son rayas por la posición y la ropa con tiritas que tenía”, aseguró ayer el fiscal.
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