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Jorge Rafaat Toumani, conocido como un “próspero empresario de Pedro Juan”, inclusive llegó a disputar la herencia dejada en la frontera por el “Rey de las drogas”, Fernandinho Beira Mar.
Fue procesado por la Justicia brasileña por enviar desde Paraguay unos 492 kilos de cocaína en agosto del año 2004. En ese entonces, la operación fue abortada por agentes federales que interceptaron el enorme cargamento el 22 de agosto de 2004, en Sao José do Río Preto.
Con nacionalidad brasileña y conocido con el alias de “Sadam”, Rafaat debía responder ante la justicia federal de Campo Grande por los delitos de formación de cuadrilla, tráfico internacional y lavado de dinero junto al también narcotraficante Luiz Carlos da Rocha, alias “Cabeza Branca”.
En junio del año 2005, el entonces intendente de Ponta Porá, Flavio Kayatt, y el secretario municipal de Obras, Helio Peluffo Filho, fueron convocados para declarar por la defensa del narcotraficante, según señalaba un despacho de Midiamaxnews, periódico digital de Mato Grosso do Sul, Brasil.
Según informes de inteligencia antidrogas, Kayatt sería nada menos que compadre de Rafaat y llamativamente su testimonio fue requerido por la defensa de este, por lo que los federales supusieron una hipotética vinculación con el detenido. Jorge Rafaat representaba para los federales brasileños una de las piezas clave en el tráfico de drogas. Paradójicamente, el narco tenía en Pedro Juan Caballero una empresa dedicada a la comercialización de neumáticos y aseguraba ser simplemente un “próspero empresario”.
Hace ya muchos años, en mayo de 2001, un grupo de sicarios había atacado con ametralladoras las instalaciones de su empresa, lo que desató una amplia investigación de las fuerzas antidrogas para descubrir las reales actividades a las que se dedicaba Rafaat en la frontera. Los datos obtenidos entonces revelaron que Rafaat tenía aspiraciones de “heredar” el esquema instaurado por el “Rey de las drogas”, Fernandinho Beira Mar, a partir de los contactos que logró establecer con referentes del cártel colombiano de la cocaína, en la frontera amambaiense con el Brasil.
En agosto de 2014, el empresario de 55 años, quien fue señalado por la Policía como el dueño de la carga de 847 kilos de cocaína incautada en ese año en Puerto Fénix de Mariano Roque Alonso, aseguró ser víctima de una persecución. Rechazó los nexos con la mercancía confiscada y anunció una demanda contra los agentes intervinientes. En ese momento, afirmó que no tenía nada que esconder y atribuyó el hecho a un trasfondo político por las intenciones de involucrarlo con el narcotráfico.
Pese a que ahora gran parte de la gente prefiere guardar silencio por temor, tras los sucesos, en el departamento de Amambay siempre fue muy conocida la rivalidad que Rafaat Toumani mantenía con el senador liberal Robert Acevedo. Por otro lado, el abogado Óscar Raúl Acuña Núñez, defensor de Jorge Rafaat, confirmó en ese entonces (2014) la condena de 47 años de prisión que soporta su cliente en Brasil, pero alegó que está respondiendo al proceso en libertad por una apelación a la sentencia, que aún no quedó firme.
El nombre del empresario saltó en el circuito investigativo después de la incautación de una gran carga de droga que iba a ser enviada a la República Democrática del Congo, África, en bolsas de arroz. Sin embargo, la “mercancía” fue interceptada justo antes de que fuera embarcada. La cocaína confiscada fue valorada en unos US$ 70 millones en el mercado africano, donde generalmente los narcos vuelven a mezclar la droga con otras sustancias para aumentar su volumen y precio.
En el famoso audio que fue filtrado, en que se oía la conversación mantenida entre el narco Ezequiel de Souza con los senadores Arnaldo Giuzio, Arnoldo Wiens y el ministro Luis Rojas, Ezequiel también habló de Jorge Rafaat Toumani, refiriéndose a él como uno de los “patrones” de la frontera.
El 6 de julio de 2015, cuando se llevó a cabo la incautación de avionetas en la terminal aeroportuaria de Pedro Juan Caballero, versiones de fuentes antidrogas señalaron a Rafaat como uno de los propietarios de estos transportes y anunciaron que lo investigarían. Además, se habló de que Rafaat, al igual que otros “patrones” de la frontera, operaban supuestamente con la protección de funcionarios de la Dinac (Dirección de Aeronáutica Civil).
Ya este año, el pasado 11 de marzo, policías del Departamento Contra Delitos Económicos y Financieros allanaron en Pedro Juan Caballero dos propiedades del conocido empresario fronterizo Jorge Rafaat Toumani. Entonces se lo consideró presunto blanco de un atentado que supuestamente fue frustrado en su contra por parte de miembros del grupo criminal PCC.
Recordemos que un grupo criminal fue perseguido y tuvo que abandonar, en el lado brasileño, un camión blindado y una poderosa ametralladora. Supuestamente, con este armamento pretendían atacar la fortaleza en Paraguay del conocido empresario fronterizo Jorge Rafaat Toumani (55), pero la jugada salió mal y los delincuentes terminaron siendo perseguidos por los custodios de Rafaat, quien, según se presume, se anticipó al ataque con ayuda de la Policía local.
Ese mismo mes, el descubrimiento de un nutrido arsenal en el barrio Villa Aurelia de Asunción dio origen a la sospecha de que el hallazgo estaba relacionado con la persecución y balacera ocurridas en Pedro Juan Caballero. A partir de entonces, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) habría recogido datos precisos que ayudaron a desbaratar la organización internacional de tráfico de armas, presuntamente dirigida por el empresario Carlos Federico León Ocampos, ahora arrestado junto con su mujer y un secretario.
Posteriormente a estos hechos, la fiscala Kathia Uemura expresó que el empresario Jorge Rafaat Toumani, quien supuestamente era el objetivo del atentado en Pedro Juan Caballero, protagonizó una serie de cateos con personas fuertemente armadas en una estación de servicios.
Ante la acusación, Rafaat Toumani respondió a través de radio “La Voz del Amambay”, justamente perteneciente a la familia del senador Robert Acevedo, que su equipo de seguridad se dio cuenta “de movimientos extraños en la calle donde yo vivo”, por lo que quiso ayudar a la Policía y ordenó a sus custodios intervenir. En otro momento, la fiscala Uemura expresó que el empresario Raafat Toumani presentó una denuncia ante el Ministerio Público, sobre un supuesto ataque en su contra.
El 11 de abril de este año, una publicación de este diario anunciaba que una verdadera “guerra” aparentemente se avecinaba en la frontera seca paraguayo-brasileña, según las presunciones de las autoridades de esa zona. Esta presunción se dio en base al descubrimiento de grandes arsenales y vehículos brindados durante los allanamientos efectuados en las últimas semanas en Pedro Juan Caballero y Asunción por parte de la Senad y la Policía Nacional.
“La lucha por el control del tráfico de drogas y armas ha convertido a esa región del país, integrada por los departamentos de Amambay, Canindeyú, Concepción y San Pedro, en un polvorín al que, al parecer, al Estado no le interesa poner fin”, decía ABC Color en esa fecha. Aparentemente, los pronósticos se cumplieron, pues tras el atentado que acabó con la vida de Rafaat este miércoles, se desató una serie de hechos de violencia en el territorio fronterizo.