Buscó la verdad en la prisión

La madre del joven asesinado por placer confesó que había visitado varias veces en prisión al entones presunto asesino de su hijo para que le cuente la verdad. Durante las visitas, los reclusos incluso ofrecieron mediar para que el sospechoso “cante”.

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Ema Quintana, madre de Agustín Bogado, el joven asesinado por placer, contó detalles de lo que sucedía antes de que los autores del macabro crimen sea condenados.

Esta madre fue la que finalmente logró dilucidar por sus propios medios el crimen. Lo hizo enfrentando al asesino de su hijo, quien ya guarda reclusión en la cárcel.

Fueron varias las visitas que hizo Ema Quintana al entonces único sospechoso del asesinato de su hijo, Isaías Ramón Torres, en el penal de Emboscada.

“Fue difícil encararle... estar frente a él y poco a poco fui ganando su confianza y encontrar los datos, pero cada vez que iba, iba sacándole algo más... hasta que el dijo que le conmovió mi tristeza y que iba a delatar a Gisella (Eliana Millén, la otra perpetradora del crimen)”, relató la madre.

No fue un proceso corto y mucho menos fácil, tanto así que los propios internos del penal de Emboscada se conmovieron con su sufrimiento de madre y su búsqueda de la verdad que hasta le ofrecieron obligar a Isaías a contra la verdad, bajo amenazas de matarlo tras las rejas.

“No se si era un propuesta seria o era así de simpatía que nos ofrecían, pero los internos de ahí se portaron muy bien con nosotras. Siempre que íbamos se acercaban y se ofrecían. De hecho, un colombiano se ofreció a hacerle cantar la verdad y que si no cantaba, lo liquidaban y le dije: ‘No, yo solamente vengo a buscar la verdad y no queremos ninguna muerte’. Por supuesto que tampoco íbamos a convertirnos en parte de la psicopatía de ellos para pretender semejante cosas”, dijo la mujer que pese a perder a su hijo, nunca consideró la justicia por fuera de la ley.

“Sí me conmovió mucho que cuando iba de visita y desde lejos (los internos) formaban fila para observar cómo se portaba él conmigo o por si me atacaba para que ellos me defiendan o algo así”, remarcó de esa dura etapa de ir logrando a cuentagotas la verdad.

Su proceso investigativo incluso se vio desalentado en momento por las propias autoridades encargadas de llegar a la verdad. “Por supuesto que estaba desaprobada tanto por la Policía como por la Fiscalía por el hecho de que me decían que no tenés que acercarte... no tenés que hacer esto porque vas a entorpecer la investigación, pero aún así iba una y otra vez, hasta que el día que dijo: ’bueno voy a contar quién es esta chica, quiero que hables con la fiscala y me haga llamar a declarar’”, relató a ABC Cardinal.

El punto de quiebre aprovechado por Ema Quintana fue, sabiendo de la existencia de Gisella, y que esta tenía participación en el crimen, hacerle entender a Isaías que no tenía sentido cargar con toda la culpa.

“Casi en la penúltima visita él habló de ella porque yo ya tenía filtrado el nombre de Gisella... donde vivía, ya tenía conocimiento e hice, no sé si un juego con él, pero le dije: ‘Mirá, Isaías, no es justo que tengas que enfrentar todo esto solo, mientras hay otra persona que tal vez esté por huir del país, tal vez tenga la protección de la Policía ¿Acaso ella está contigo? Porque tenés que enfrentar todo vos solo (...). Y ahí él decide hablar”, comentó sobre el momento clave para llegar a la verdad.

Hubo momentos en que incluso recibió amenazas en su propia casa por parte de extraños, pero ni eso la desalentó. “Recibí amenazas en mi casa. ‘Quédate quieta o te van a pasar lo mismo que a tu hijo’ me decían. Era gente de la calle, no se quién, pero venían temprano a mi casa, tocaban el timbre y me gritaban”, expresó.

Finalmente dijo, ya con la tranquilidad de la verdad y la justicia, y pese a la ausencia de su hijo, lo cual es un dolor terrible e incurable, que está es una lección también para la sociedad para que se tenga cuidado con la gente que se conoce a través de la redes sociales, ya que tal vez, como en el caso de su hijo, puede costarle la vida a cualquiera.

“Esto ayuda a tomar conciencia del tipo de gente que hay, que evitemos comunicarnos con gente desconocida. El diablo te tienta por lo bello. Así que insto a los padres y a los chicos a que tengan cuidado. Lastimosamente mi hijo tuvo que pagar con su vida para poner en evidencia a estas personas”, afirmó.

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