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En el casco urbano de esta ciudad, las personas irresponsablemente incineran sus desechos y las autoridades municipales tampoco intervienen para detener dicha práctica.
Por otra parte, en el sector rural los campesinos también queman sus restos de cultivos y basurales dañando el ambiente y la salud de las personas.
La docente Gladys Gómez, pobladora de la localidad de Alfonso Cue, lamentó la actitud de los labriegos que por más que se les diga que no quemen lo hacen diariamente. Señaló que con la sequía que ya se siente las llamas pueden propagarse en grandes extensiones de tierras y afectar a los últimos bosques de la zona. Sostuvo que con esta práctica de los campesinos se evidencia que la falta de educación es el principal problema.
El exdirector del hospital distrital de esta ciudad, doctor Pablo Alfredo Santacruz, dijo que las humaredas causan enfermedades respiratorias e indicó que hasta pueden causar otras enfermedades como ronchas en la piel. Indicó que las humaredas proceden del mismo campo, donde los labriegos queman sin escrúpulos sus restos de cultivos o pastizales.
Por su parte, la máster en ciencias ambientales, Antonia Ramona Martínez de Rojas manifestó que es imposible detener dicha práctica porque tampoco la fiscalía del medio ambiente aplica las layes correspondientes para el efecto.
Sostuvo que, antes que incinerar los desechos, deberían enterrarlos si no tienen recursos para pagar a la municipalidad por el servicio de retiro de las basuras.