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Algunos inclusos resaltaron que sus vehículos quedaron con daños al intentar superar los tramos más complicados. Es el caso de pasajeros que iban a la compañía de Lagunaita (distrito de San Juan de Ñeembucú) e Islería en el distrito de Laureles.
Los rodados debieron ser estirados por tractores, ya que ni la doble tracción fue efectiva. Este es el panorama que se vive en varios sectores del Ñeembucú, cuyos caminos de tierra requieren de algún tipo de afirmado.
Tampoco brinda seguridad y comodidad el afirmado tipo ripio construido por la Gobernación de Ñeembucú, cuyas filosas piedras destrozan las cubiertas de autos y motocicletas.
En contraste los que viajaban de Asunción y otros lugares del país, resaltaron el impecable estado de la ruta cuarta, que les permitió viajar confortablemente, como no ocurría desde hace varios años.