En primer lugar, según la denuncia, la mayoría de las unidades de esta empresa son obsoletas, con décadas de uso, son pequeñas e incómodas, y en segundo lugar la capacidad que tienen y la frecuencia en las horas picos son totalmente insuficientes.

Expresaron además que los más afectados son los usuarios que viven en la zona de las calles Primer Presidente y Trinidad, y su adyacencias, porque a primera hora de la mañana, por ejemplo, todos los ómnibus ya vienen llenos, y como es la única línea que pasa por el lugar, al final es como si el barrio no tuviera un servicio de transporte público.

Uno de los vecinos contó el caso de una profesora, que en estos días, tras esperar casi una hora a que alguna unidad la alzara, tuvo que tomar un taxi para llegar a su escuela. “Vinieron cuatro micros, y todos llenos”, contaron. Para más, tienen molinetes, y hasta cuando hay lugar es un sacrificio viajar en la Línea 16, añadieron.

Sostienen que todo esto es una verdadera humillación para los pasajeros, y que alguien debería hacer algo al respecto, o la Municipalidad, o el mismo Gobierno, ya que los transportistas se están poniendo tan exquisitos con los subsidios y el costo del pasaje, sin dar nada a cambio a los usuarios.