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El doctor Hernán Rodríguez Enciso, infectólogo, informa que la vacuna contra la influenza (llamada también vacuna antigripal) tiene como objetivo prevenir la gripe o influenza. Hay varios tipos de virus influenza y en cada temporada suelen circular tipos diferentes, por eso la vacuna antigripal debe ser administrada cada año porque su composición depende de los tipos de virus que estarían circulando.
“Tras la aplicación de la vacuna antigripal, la posibilidad de enfermar y, sobre todo, de presentar un cuadro grave disminuye de manera importante”, resalta.
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La doctora Mónica Ramírez, infectóloga, afirma que la influenza es una infección vírica que afecta principalmente la nariz, la garganta, los bronquios y puede llegar a los pulmones; puede durar una semana y las señales de alerta son: fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
¿Cómo se transmite? La profesional señala que este virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotitas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos, suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.
El doctor Rodríguez dice que en caso de que tenga gripe o influenza hay que permanecer en aislamiento, a fin de evitar la transmisión del virus a otra persona. La protección que brinda la vacuna no es igual para todos, sin embargo, si la vacunación alcanza a una gran parte de la población el beneficio se incrementa porque la circulación del virus disminuye.
Subraya el infectólogo que la vacuna antigripal se podrá aplicar en las instituciones dependientes del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, así como en algunos consultorios, sanatorios y hospitales privados.
Agrega la infectóloga Ramírez que “tres semanas después de administrada la vacuna, el organismo humano desarrolla protección, a través de la producción de anticuerpos”.
Apunta además que esta vacuna contra la influenza está destinada a los grupos de riesgo, consistentes en niños mayores de seis a 35 meses, embarazadas, personas de más de 60 años o más, así también aquellas con enfermedades de base: cardíacas, con diabetes, VIH/Sida y cáncer.
“Se suman aquellos que ofrecen servicios que requieren contacto permanente con otras personas: policías, personal de blanco, militares, comunicadores, entre otros”, añade.
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La doctora Ramírez subraya que además de la vacuna, como manera de prevención, es primordial la adquisición de hábitos saludables y medidas higiénicas como: reducir la estancia en lugares de masiva concurrencia si presenta algunos de los síntomas de gripe, mejorar la ventilación de las habitaciones abriendo las ventanas, tanto en su hogar como en el lugar de trabajo.
También se indica “descansar adecuadamente durmiendo por lo menos seis a siete horas por día, mantener una alimentación sana y equilibrada, consumir alimentos nutritivos, y realizar diariamente actividad física”.
El doctor Rodríguez apunta que la vacunación antigripal puede ser aplicada inclusive en personas que estén presentando un estado de bronquitis, sinusitis o tos; en estas situaciones no hay contraindicación. Sin embargo, no deben recibirla los menores de seis meses, las personas alérgicas al huevo y quienes hayan presentado efectos colaterales graves en alguna vacunación anterior.