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El sargento 1º agropecuario Pedro Riveros había desaparecido en J. Eulogio Estigarribia (Campo 9) el sábado pasado y las autoridades se percataron de esto la mañana del lunes. Se lo encontró ayer con un disparo en la sien en un terreno de la zona. Estaba asignado a la custodia del BNF de Campo 9.
Su hermana Nélida Riveros conversó este jueves con radio ABC Cardinal y aseguró que su hermano “era un tipo demasiado bueno, no tomaba, no fumaba”. Lamentó que las autoridades que investigan el caso no se hayan puesto en contacto con su familia y que no les dijeron nada sobre esta investigación. En otro momento, también contó que Pedro tenía planes de casarse el año que viene y que era veterinario militar. Hace un mes había sido asignado a la custodia del BNF en Campo 9 luego de haber servido en la Fuerza de Tarea Conjunta. “Nada, nunca nada comentó nada (sobre lo que ocurrió en el norte del país)”, apuntó Nélida.
Finalmente, pidió que las autoridades “hagan justicia y que limpien su nombre”, ante las versiones que circulan sobre su supuesta implicancia con una mujer que lo habría seducido para, de esta forma, doparlo y robarle dos fusiles que tenía consigo. “Él no era nada de lo que se dijo de él. Él era un hombre bueno. Lo mataron por estas dos armas estúpidas que no valen nada. No puede ser que lo hayan llevado así, que lo hayan ejecutado así”, lamentó.
Riveros fue encontrado ayer alrededor de las 09:30 al lado de un árbol de mandarina en medio de una plantación de trigo, en la colonia Berthal de J.E. Estigarribia, a unos 1.000 metros de la Ruta VII “Gaspar Rodríguez de Francia”, a la altura del kilómetro 225. El cuerpo fue encontrado por un tractorista que trabajaba en el sitio. El joven uniformado estaba boca abajo, maniatado con un piolín y con un impacto de bala en la sien, lado derecho, con orificio de salida en el lado izquierdo.
Una de las hipótesis que maneja la Policía es que el militar fue contactado y seducido por una mujer con quien habría mantenido relaciones sexuales el sábado último en el inquilinato donde vivía con dos camaradas que también estaban asignados a la custodia de la sede del BNF. De hecho, en la casa, que fue revisada el lunes de mañana, los investigadores encontraron preservativos usados que fueron tirados en el baño.
Posteriormente, la mujer le habría suministrado algún somnífero para permitir la aparición en el lugar de sus cómplices, quienes aparentemente maniataron al militar y lo alzaron a un vehículo en que lo llevaron al lugar donde fue encontrado muerto ayer. Como el uniformado prestaba servicios hasta hace poco en la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), se sospecha que la mujer que facilitó el robo sería justamente de la zona norte del país y que los dos fusiles sustraídos fueron a parar a manos del grupo armado EPP.
La segunda hipótesis, que tampoco resulta descabellada para los efectivos, es que un grupo criminal local estaría organizando un megaasalto para fin de año y que estarían comprando armas de grueso calibre para el operativo.