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Actualmente, los trabajos se concentran en la carga de cemento del hormigón armado de uno de los costados de la pista de aterrizaje, que consta de 21 cm de espesor y una base de gruesas varillas de hierro. La misma tendrá unos 800 metros de largo y 23 metros de ancho, con canales de desagüe a ambos lados.
Para el ingeniero Rubén Barrios, uno de los responsables de la obra, los trabajos actualmente se encuentran en un avance del 20% y se encuadran dentro del croonograma previsto, a pesar de los varios días de lluvia que se registraron en los primeros meses del año. "Dependiendo siempre de las condiciones climáticas y de no tropezar con problemas de abastecimiento de cemento, creemos que para antes de que finalice el año ya estaremos entregando la obra", manifestó el profesional.
Contar con este tipo de aeropuerto es considerado de vital importancia para los pobladores de esta región, ya que ayudará a evitar los acostumbrados aislamientos por las malas condiciones de los caminos, pero sobre todo servirá para salvar vidas a la hora de evacuar pacientes a los hospitales de la capital del país. Cuando las condiciones de los caminos permiten la circulación de vehículos, que por lo general se da en épocas de sequías, el colectivo que realiza el viaje desde la capital del país hasta esta comunidad lo realiza en 16 horas; sin embargo, con el avión, dicho trayecto de 800 km se realiza en solo 2 horas.