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Después de las lluvias en la cuenca alta, el Pilcomayo subió otra vez hasta 6,03 metros en Misión La Paz–Pozo Hondo. Las aguas ya habían bajado en este lugar hasta 5,02 metros; sin embargo, el viernes comenzó un nuevo ciclo de creciente.
Desde el 22 de enero, el Pilcomayo está con ciclos de crecientes, que alcanzaron el pico histórico de 7,31 metros entre el 2 y 3 de febrero pasado en Misión La Paz–Pozo Hondo.
Las aguas han entrado muy lejos, hasta 400 kilómetros tierras adentro en el lado paraguayo, rodeando casas, sobre todo en zona de Pedro P. Peña, inundando a caminos de acceso y dificultando las comunicaciones terrestres para la atención de urgencias. En muchos casos, la SEN y la Gobernación de Boquerón solo pudieron llegar con canoas.
Pozo Hondo, por su parte, se salvó de la gran evacuación, mientras que la situación es diferente en el lado argentino, donde hasta la fecha comunidades y parajes quedaron aislados, bajo agua y hubo caminos cortados. En total se evacuó a más de 2.500 personas en el Chaco argentino. En Bolivia, la crecida generó inundaciones y aislamiento que crearon situaciones de peligro para los pobladores sobre todo en algunos poblados de la zona de Yacuiba.
Los que observan el Pilcomayo hace tiempo dicen que el río está cambiando su estructura, porque en los últimos años no ha tenido energía suficiente para empujar todos los sedimentos con fuerza, lo que condujo a una reducción de la profundidad de su lecho; es decir, el río es menos profundo.
Ante esta situación, el río rompe barreras laterales y se ensancha mucho más, según Luis María de la Cruz, del Sistema de Alerta Pilcomayo Gran Chaco-Proadapt. En otras palabras, los grandes volúmenes de sedimentos que se encuentran en la cuenca baja inciden directamente en los desbordes; de esta manera, los caudales alcanzan a bañados cercanos y potencian el efecto de la inundación.
Para los expertos, los tres países que comparten el Pilcomayo (Bolivia, Argentina y Paraguay) deben atender con nuevas acciones los cambios de la morfología del Pilcomayo, para prevenir mayores desastres.