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El legislador colorado sostuvo que el problema del Pilcomayo no solo puede adjudicarse a una falta de previsión del Ministerio de Obras Públicas, que -contando con presupuesto para actuar con anticipación y de esa manera reducir el impacto de la colmatación- solo ejecutó un 19% de su presupuesto.
A dicho factor también se le debe sumar la falta de voluntad política en lo que respecta al derecho de hacer prevalecer el derecho de nuestro país del 50% en la distribución del agua que ingresa al canal paraguayo, “por lo tanto de nada sirve que solicitemos informes si no hay una voluntad de hacer respetar los acuerdos”, insistió.
A pesar de que quedó establecida una distribución equitativa, la realidad muestra un panorama desolador, con apenas unos hilos simbólicos de agua, como en el caso de Margariño y General Díaz, que desde hace varias semanas vienen siendo denunciados por productores de la zona y la preocupación crece, teniendo en cuenta que no se esperan lluvias de consideración en los próximos dos meses.
Al mismo tiempo, reiteró que los trabajos ejecutados no tienen la efectividad deseada, puesto que el agua que ingresa a un canal que conecta al cauce central se va diluyendo aguas abajo. En tanto que desde la Comisión del Pilcomayo aseguran que ya ingresa agua desde la embocadura, pero la cobertura de los 400 kilómetros de extensión no será inmediata.