Pilar sale de alerta amarilla

PILAR. La ciudad de Pilar está fuera del nivel de alerta amarilla según el protocolo del Comité de Emergencia Distrital.

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Estacionado en 7,98 metros, el río Paraguay se mantiene en niveles inferiores a los que son considerados para declararse alerta amarilla (A partir de los 8 metros).

Si bien esto representa una tranquilidad momentánea, los pronósticos y el repunte del río Paraná indican que el río en la zona volverá aumentar su caudal. Los anuncios más severos hablan de un nivel superior al de 1983, cuando se produjo la crecida más grande de la historia para los habitantes del Ñeembucú.

Para sostener la defensa de Pilar ante esta posibilidad, las autoridades de la SEN habían anunciado que los muros serían elevados a una altura aproximada a los 10, 50 centímetros, lo que sería suficiente para afrontar un aumento extraordinario del nivel del río frente a esta ciudad.

Semanas atrás, durante una conferencia de prensa de las autoridades, se había comunicado el fortalecimiento de la capacidad de desagote del sistema de defensa de esta ciudad, instalando tres motobombas de 2,5 millones de litros, con una inversión de alrededor de 1.500 millones de guaraníes.

El Ministerio Público había donado 36.000 litros de gasoil a la SEN, para el funcionamiento de la draga de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), que había sido trasladada a Pilar hace meses, sin que pudiera entrar en funcionamiento por falta de combustible. Tras la pérdida del valioso tiempo, recién desde el viernes la máquina empezó a realizar el trabajo previsto.

En la ribera del Paraná, los pobladores se preparan para afrontar el nuevo repunte que podría afectar a campos de pastoreo, olerías y viviendas. La Entidad Binacional Yacyretá informó que el caudal del río seguirá en aumento y la represa liberará unos 28.000 metros cúbicos por segundo la próxima semana, lo que además estaría impactando en la precaria red vial del sur, quedando varias localidades sin vías de acceso.

Los vecinos de las poblaciones ribereñas del Ñeembucú esperan que la EBY cambie de actitud con respecto al Ñeembucú y encare obras similares a las realizadas en Itapúa, departamento en el que gracias a las inversiones es mínimo el daño que causan las riadas.

“Mientras la binacional financia el carnaval, construye estadios, estatuas, edificios y asfalta rutas en Itapúa; en el Ñeembucú sólo recibimos algunas bolsas de víveres, que no compensan en lo más mínimo los daños que causa el gran caudal de agua que descarga la hidroeléctrica. El agua se lleva todos nuestros cultivos, derriba nuestras viviendas y a menudo nos obliga a refugiarnos fuera de nuestros hogares. Se debería actuar con mayor justicia, nosotros también somos paraguayos”, manifestó un poblador de Cerrito.

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