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Ulrrico Zanotti, abuelo de la niña con muerte cerebral, explicó cuenta con un sector de la estancia de la familia Argaña en la ciudad de Nueva Italia, departamento Central, donde planta caña de azúcar. Cerca de las 16:00 del sábado, salió a realizar un recorrido a bordo de una camioneta de la empresa en la que trabaja.
Zanotti comentó que debía utilizar una maquinaria para la cosecha de la caña, y el recorrido fue para verificar la plantación. Por el camino se encontró con su hijo, Alessandor Zanotti, quien pidió para acompañarlo. Posteriormente se sumaron su esposa y su nieta de tres años.
Cuando estaba por llegar a la parcela que el corresponde, que se encuentra a unos 2.000 metros de la casa principal de la estancia, observa que de frente se aproximaban a unos 120 Km/h, tres camionetas de color negro, sin chapa, con vidrios polarizados y sin distintivos. “Lo único que pensé en ese momento fue que me están viniendo a asaltar”, declaró en contacto con la Red Privada de Comunicación.
En ese momento y ante lo que estaba ocurriendo “lo único que decidí fue frenar, puse marcha atrás y volví hacia la estancia”. Mientras se dirigía ya hacia la casa “escuché algunos disparos. Avancé unos metros y vi que ya estaban encima de mí. Ahí comenzó una persecución y una baleada”.
Zanotti indicó que tras ese incidente el vehículo recibió en total 19 impactos de proyectil. Alessandro acusó tres impactos de bala y la menor de tres años, que estaba en el regazo de su abuela, recibió un balazo en la cabeza.
“Mi hijo mal herido se tiró a un cañaveral que estaba al lado, desesperado, y mi señora con mi nietita estaban heridas, atrás. Yo me bajé y ya pensé que me iban a matar”. Estando fuera de la camioneta, Ulrrico levantó las manos ínterin en que los agentes de la Senad, que ya los alcanzaron cuando eso, “me echaron por el suelo, recibí muchas patadas y amenazas”. Cuando vieron a la niña y abuela heridas, se calmaron.
Luego fueron a la casa. Grande fue la sorpresa que se encontraron también ahí, pues otros agentes estaban con el capataz y el personal del lugar. Tras varios minutos, apareció en la casa Alessandro con tres impactos de bala. Ulrrico conversó con los agentes y consiguió que lo llevaran hasta el hospital de Guarambaré, de ahí con una ambulancia hasta el Hospital de Traumas.
Mientras que a la niña, la trasladaron en otro vehículo hasta la ciudad de Ñemby y de ahí hasta el centro de atención de traumas. “Hoy en día, mi nieta tiene muerte cerebral, con poco tiempo de vida y mi hijo lucha por su vida. Se operó, está más o menos bien, pero dejó sus secuelas. Esto es para que no vuelva a pasar”.
Según Ulrrico, expresaron que habían fallado. “Yo pienso que el procedimiento fue malo”. Añadió que “ni con toda la plata del mundo me van a devolver a mi nieta”. Recalcó sobre la forma de actuar de los agentes, que no le dieron tiempo de hablar, porque fue en contados segundos que empezaron a atacarlo.
“Ellos directamente no reconocieron”, sino que comenzaron a cuestionarle a Ullrrico sobre su huida. El personal antidroga dijo que intervinieron en la propiedad buscando un foco de venta de drogas, sin embargo Zanotti comentó que no tenía conocimiento sobre algún tipo de denuncias en cuanto al terreno acerca de drogas.
Expresó el hombre que “esto tendría que ser para mejorar la forma de proceder de esta gente. Con lo que pasó tiene que ser un ejemplo para que la Senad vea otro mecanismo”. Añadió al respecto “yo no tengo nada contra nadie, lo único que quiero es que se haga justicia”.
En otro momento Ullrrico Zanotti declaró que hasta el momento ninguna autoridades de la Secretaría Nacional Antidrogas se acercó hasta él o miembros de su familia, para pronunciarse sobre el penoso episodio registrado en Nueva Italia.
“Ninguna autoridad se acercó hasta Emergencias Médicas”, donde permanece la familia expectante a lo que pueda pasar con la menor de tres años.