Piden más consideración hacia soldados del golpe

Miguel Ángel Silva, uno de los excombatientes en el Golpe de Estado que derrocó a Alfredo Stroessner en 1989, lamentó que sus camaradas que lucharon entre el 2 y 3 de febrero estén hoy prácticamente olvidados por las autoridades.

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Silva manifestó que algunos familiares de los fallecidos tras el Golpe de Estado y excombatientes de la gesta recibieron casas y algunos terrenos, pero que muchos no tienen documentación legal, por lo que no pueden residir en ellas — ahora ya destruidas — ni tampoco venderlas por este motivo.

El exsoldado es uno de lo que aboga también por el pago de una indemnización a los implicados en este Golpe de Estado, cuyo aniversario número 30 se celebra entre mañana y pasado. “El Estado nunca documentó lo que supuestamente se le dio a los soldaditos. Les dieron casas en villa IPVU pero muchos venían del interior y no tenían documentos (...) A una señora se le dio una casa en Loma Pytã pero nunca pudo vender ni ocupar porque no tenía documento”, lamentó este viernes en contacto con radio ABC Cardinal.

Silva fue uno de los que debía capturar a Stroessner en la casa de Estela “Ñata” Legal en el barrio Carmelitas de Asunción, adonde había ido el dictador. Sin embargo, esto se vio frustrado por el aviso que recibió y por el desatino momentáneo del chofer que los transportaba desde la Caballería a la vivienda, pasadas las 20:00 del 2 de febrero de 1989.

“Yo tenía 17 años en la Caballería. Estuvimos en un pelotón de élite preparados por el general Andrés Rodríguez. Nos tocó salir del cuartel y estar en la operación de secuestrar al presidente de la República (...) Estábamos listos para hacer la operación pero no sabíamos dónde. Eran como a las 8 de la noche. Nos apartaron, nos dieron un croquis y nos pusieron en un transganado. Fuimos hacia Carmelitas, había sido erramos el camino. El chofer erró el camino. Salimos otra vez a Autopista. Fuimos por detrás de la casa de Ñata Legal, pasamos el portón. Atropellamos el portón, hubo tiros de parte nuestra y de parte del escolta del presidente”, recordó.

Horas después, ya en la madrugada del 3 de febrero, el dictador presentó su renuncia y fue exiliado al Brasil por la mañana.

 

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