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En el escrito presentado ante el juez Miguel Tadeo Fernández, la fiscala Fátima Britos indica que la secretaría Celia Maidana, 22 días antes de la comisión del hecho, conoció y dialogó por primera vez con un sobrino de nombre César Daniel Maidana Bazán, a quien posteriomente contactó, dándose un encuentro entre ambos en el que Celia estuvo acompañada de su pareja, Gustavo Noguera.
Celia le dijo a César Maidana que necesitaba que le consiga alguien para que le asuste a una persona. El hombre le proporcionó los datos de una persona de sexo femenino de nombre Gaby, quien tiene un novio de nombre Gustavo, apodado "el Guasón", con quien Celia coordinó todo lo relacionado para llevar a cabo “el trabajo” en la empresa Capaclor, y al mismo tiempo agredir fisicamente a Sonia Doutreleau.
Fue así que en la mañana del 23 de junio del 2014, Celia, quien se desempeñaba como secretaria de Capaclor, llega a la oficina y desactiva el sistema de alarma de ingreso a las 08:51. Tiempo después llega un sujeto sobre una moto. Este hombre era de aproximadamente 1,65 a 1,70 de altura y tenía un casco blanco, desciende de la moto y toca el timbre que es el intercomunicador, luego se abre la puerta y este ingresa sin violencia.
Posteriomente a las 09:30 se estaciona sobre la calle Pitiantuta, hacia el lado del Shopping Británico una camioneta Nissan color blanco, de donde desciende Sonia e ingresa a Capaclor, oportunidad en la cual la misma es sorprendida dentro ya del local por esa persona que había ingresado momentos antes, iniciándose una pelea que termina con la vida de Doutreleau. Esta recibió en total 33 heridas de arma blanca. Igualmente, ese sujeto se apoderó de dos notebooks marca HP, color negro, dinero sin especificar el monto, dos aparatos celulares, uno de Celia y otro de Sonia.
Dos testigos en su declaración ante el Ministerio Público comentaron un hecho llamativo que les fuera comentado por la misma Sonia: una persona sobre de una motocicleta, y en actitud sospechosa, habría llegado hasta Capaclor 17 días antes del homicidio; cuando la empresaria descendió de su camioneta, esta persona se retiró del lugar.
También mencionaron un posible caso de intoxicación que había sufrido la empresaria, y que esta les había manifestado que sospechaba de su secretaría Celia Maidana, porque este episodio se había dado en la oficina luego de que Sonia le pidiera un vaso con agua. El líquido que esta le sirviera tenía un gusto raro, motivo por el cual escupió y pidió a su secretaría una taza de café, luego de tomar un poco se sintió mal, siendo asistida por una ambulancia.
Otro punto de la acusación contra Celia indica que envió un mensaje de texto a Fernando Pedro Rico, quien trabajaba con Sonia, el día 23 de junio, diciéndole que ella no iba a estar temprano en la oficina porque tenía que ir a hacer un cheque. También mencionó un cambio de cerraduras que había hecho Sonia a la puerta de entrada principal de Capaclor, y que dicho cambio se debió al hecho que Celia había querido entrar a su oficina.
Un dato bastante importante para la fiscala Fátima Britos, y que posiblemente sería el móvil del crimen, es que en la declaración de Jorge Pappalardo, quien en el momento del hecho se desempeñaba como presidente de Capablar, brindó información en cuanto al manejo administrativo de la empresa. Indicó que después de la muerte de Sonia se puso en contacto con Antonio Ulises Morínigo de la firma Rol Comunicación y Marketing, que se encargaba del pautaje publicitario de la campaña Capaclor.
Morínigo le reclama el pago de una factura por el monto de G. 44. 573.76. Pappalardo le responde que estaba verificando todos los pagos pendientes. Luego de este reclamo se realizó una reunión donde surgen dudas acerca del manejo poco claro de las facturas presentadas para el pago de publicidad de Capaclor, como así también dudas en cuanto al manejo del aporte extraordinario, a partir de la declaración de Eladio Delgado, quien manifestó que ultimamente Celia Madina procedía a cambiar los cheques y, luego de efectivizarlos, realizaba los pagos por supuestas instrucciones de Sonia Doutreleau. Estas dudas surgidas podrán llevar a aclarar un posible móvil del homicidio.
A raíz de ello, la fiscala se constituyó nuevamente en dos ocasiones en el local de Capaclor, en donde incautaron documentos relacionado al manejo administrativo de Capaclor, como así también incautaron facturas de Sonia y Celia. Igualmente se solicitó a Rol Comunicación y Marketing toda la facturación original expedida a nombre de Floudery/ Quimisur en concepto de publicidad a Capaclor, también el listado de todos los cheques recibidos en concepto de pago de dichas facturas y muchas más documentaciones a empresas y bancos a los efectos de poder analizar todos los documentos y determinar o detectar cualquier manejo irregular o contable de los fondos destinados a Capaclor, que ya será dilucidado en un posterior juicio oral y público luego de una pericia contable.
Capaclor es una enitdad sin fines de lucro, cuyos ingresos se limitaban a las cuotas sociales de los miembros y también de un 10% que Quimisur y Flouder entregaban a Capaclor en concepto de aporte extraordinario.
El juez Miguel Tadeo Fernández no podrá fijar l a audiencia preliminar para la primera acusada hasta tanto se presente también un acto conclusivo respecto a los otros procesados: Gustavo Vidal Noguera, César Daniel Maidana, Gabriela Villalba y Gustavo Daniel Insfrán.