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Poco tiempo después de que se conociera que el corresponsal de ABC Color en Curuguaty, Pablo Medina, había sido asesinado por dos personas que lo emboscaron mientras regresaba de una cobertura, los periodistas del diario golpeados por la noticia decidieron iniciar una marcha pacífica para reclamar justicia.
La manifestación cerró un tramo de la calle Yegros frente al local del diario y desde allí partió rumbo a la Comandancia de la Policía pasando por Palma y Chile. “¡Justicia para Pablo!”, era el grito que se repetía acompañado por un respetuoso silencio de los transeúntes.
Una vez frente a la Comandancia de la Policía, los periodistas exigieron la presencia del Comandante. “¡Basta de muertes, que salga el Comandante!”, expresaban los comunicadores. Un representante del jefe policial salió a la calle a ofrecer que cinco periodistas dialogaran con el comandante, propuesta que fue rechazada.
“¡Cartes responsable!”, se escuchaba en el lugar. Al mismo tiempo, periodistas del diario Última Hora llegaron al lugar para sumarse a la protesta.
Luego de varios minutos de espera, finalmente el comandante, comisario Francisco Alvarenga, decidió salir a la calle. “Vamos a investigar. En este momento no puedo hablar de hipótesis, vamos a investigar. Yo no voy a renunciar”, puntualizó Alvarenga mientras se escuchaban gritos de “narcopolicías”.
“Ustedes saben todo se hacen de los ñembotavy nomás. Horacio Cartes tiene que ser responsable”, le espetó la periodista Celsa Pereira.
Mientras la manifestación pacífica intentaba seguir rumbo al Palacio de Gobierno, efectivos de la Unidad Antimotines llegaron al lugar para impedir el paso; además de un carro hidrante. Ante esta actitud, periodistas mostraron las armas que portaban con ellos: bolígrafos y celulares.
Tiempo después, la manifestación continuó su camino a la Fiscalía; donde otra vez un fuerte operativo policial los estaba esperando.