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El siniestro que desencadenó un apagón para unas 400.000 personas en barrios de al menos ocho ciudades, causó que la periférica de la previsional se vea obligada a reagendar las citas de los asegurados.
Un generador propio permite mantener en funcionamiento los servicios más esenciales, como la farmacia y las urgencias de adultos y pediátrica, y también garantizan la atención en consultorio de urgencia para los casos febriles.
Para los casos que necesiten estudios de urgencia en laboratorios, se estableció que los asegurados sean derivados a las clínicas dependientes del IPS en las ciudades de Capiatá, San Antonio y Luque, hasta tanto se pueda normalizar el suministro de energía eléctrica.
La previsional sostiene que todavía no cuentan con un informe oficial del tiempo que demoraría la reposición del servicio, por lo que no pueden estimar la normalización de la atención en Ingavi.