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El viernes se conoció la noticia de que una víctima de violencia doméstica, Daysi Carolina Torres (29), "perdonó" a su pareja Juan Carlos Cáceres, quien la golpeó hasta casi matarla. ABC Color consultó con la abogada María Gloria Bobadilla, experta en Derecho Penal, si la justicia obró bien al dejar sin efecto el proceso contra Cáceres, simplemente porque Daysi retiró la denuncia.
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La jurista explicó que un juez o fiscal de familia debería conocer a profundidad los mecanismos psicológicos que utiliza un agresor para convencer a su víctima de un aparente cambio, y seguir sometiéndola a las agresiones.
En este escenario, precisó la especialista un representante de la ley debería estar en condiciones de entender que este aparente desistimiento de la denuncia por parte de la víctima, no obedece a una decisión libre y autónoma, sino que es un patrón de comportamiento que está siendo guiado por un ciclo de supuesta reconciliación, en el cual eventualmente se volverá a las golpizas.
“En realidad, por su particular afectación psicológica, la víctima puede ser incapaz de comprender y calcular el riesgo de una nueva agresión, que posiblemente sea más severa”, señaló la abogada.
La doctora recordó además, que en diciembre de 2014, se adoptó un nuevo protocolo de actuación, que establece que la retractación evidencia el círculo de dominación del presunto agresor.
“Esto se hizo para unificar criterios del Ministerio Público en casos de que la víctima manifieste su intención de no seguir adelante con el juicio”.
En esos casos, recalca la abogada, el ministerio debe adoptar “todas las medidas para garantizar la protección de la víctima y la continuación del proceso”.
La jurista recordó que la violencia familiar es un fenómeno de abuso complejo que generalmente se da manera cíclica e incluye tres fases muy marcadas: a) La fase inicial o de aumento de tensiones b) La fase intermedia en donde se presenta los incidentes de maltrato agudo y c) La fase final o de arrepentimientos amorosos, en la cual el agresor cambia repentinamente y se convierte en una persona tierna y arrepentida por sus malas acciones.
Si bien el agresor quiere comportarse ejemplarmente, consciente o inconscientemente ya definió con exactitud las relaciones asimétricas de poder entre él y la agredida. “Finalmente, eso es lo que quiere, que se sepa quien domina al otro”, explicó la experta.
Todo este ciclo se repite cada vez con fases de agresiones más severas. En casos extremos se causa la muerte a la víctima.
La profesional remarcó que cada vez que un fiscal interviniente o juez acepta el desistimiento de una denuncia por violencia, está “reforzando el poder del agresor, contribuyendo al mantenimiento del ciclo de violencia familiar, y por ende a que las agresiones sean cada vez más repetitivas y agudas”.
Según concluyó la abogada Bobadilla, el desistimiento de una denuncia podría aparentemente ser una manera fácil de acabar con un caso, pero es casi seguro que “dentro de unos meses tendremos que investigar una nueva agresión entre las mismas partes, y esto puede repetirse de forma sucesiva muchas otras veces”.
La jurista manifestó también que, si el desistimiento sigue siendo una forma generalizada para concluir los procesos por violencia familiar, justamente allí hallamos una de las tantas causas del incremento de las denuncias por maltrato. “Así, nos percatamos de que una cantidad importante de éstos casos, las denuncias corresponden a víctimas que alguna vez optaron por el desistimiento, y ahora vuelven a buscar ayuda de la Justicia”, afirmó.
Según datos del Ministerio de la Mujer, este año ya se produjeron 38 feminicidios. Las mujeres víctima de violencia intrafamiliar pueden llamar al número telefónico 137 desde línea baja o cualquier celular, para acceder al servicio de S.O.S. Mujer. También pueden llamar al 911 o a la comisaría más cercana.