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Se trata de Juana Enciso de Bazán, quien en comunicación con ABC Color manifestó que hasta enero pasado vivía en su casa ubicada en entre las calles Teniente Añasco y Víctor Hugo, de Asunción, al borde del cauce del arroyo Mburicaó, pero la perdió porque la misma se desmoronó a causa de la erosión.
Actualmente se encuentra alquilando una pieza donde habita con su marido y su dos hijos. Añadió que en estos momentos “estoy más tranquila”, pero al mismo tiempo lamentó perder de esta forma lo que tenía, fueron “34 años de sacrificio y de repente venís y te quedas en la calle”.
La mujer dijo que el terreno que poseía estaba titulado y con los impuestos en regla pero, tras el derrumbe – específicamente el 10 de enero - dejó de pagar a la Municipalidad de Asunción y a raíz de eso la deuda sigue creciendo. Actualmente, el monto es superior a lo qu epuede pagar.
Agregó, que ya realizó el reclamo correspondiente a la comuna pero solo recibió como respuesta “que la Municipalidad no tiene la culpa de que el arroyo lleve todo”. Ahora pide que le exoneren los impuestos impagos porque el terreno ya no está y la casa tampoco.
Según informó el periodista de ABC Color, Víctor Ruíz, la grieta en el lugar sigue avanzando, inclusive el lugar puede quedar sin una calle por esta razón. A esto se suma que en las cercanías está instalado el colegio San Ignacio de Loyola lo que también significa un riesgo.
En el sitio todavía queda una casa con personas mayores y niños habitando la misma a la vera del cauce hídrico, lo que se torna en una situación peligrosa atendiendo a que la erosión avanza con cada lluvia que cae.
Ya en el año 2013, Juana Enciso y sus vecinos formaron una comisión vecinal con la cual habían solicitado a la Municipalidad de Asunción que, de manera urgente se construya un muro de contención pero recién ahora están iniciando las obras para levantarlo.