Carta de un herido a Cartes

El joven que perdió el ojo a raíz de los balínes de goma el 31 de marzo en las inmediaciones del Congreso escribió una carta dirigida al Horacio Cartes. “Lo que usted nos desea, no es más que el reflejo de lo consumida que está su alma”, sentencia.

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Emmanuel Alarcón, de 29 años, perdió el ojo derecho a raíz de la represión del 31 de marzo del año pasado, cuando cientos de ciudadanos protestaron en contra de la reelección del presidente Horacio Cartes en las inmediaciones del Congreso Nacional. Fue uno de los tantos ciudadanos que recibieron el impacto de los balines de goma, pero no tuvo la misma suerte que la mayoría, que solo quedaron con cicatrices.

El joven asegura que las expresiones de Cartes fueron como un segundo balazo para él, por significar una total falta de respeto hacia las víctimas de la represión del #31M, como el diputado Edgar Acosta, y el propio Rodrigo Quintana, quien perdió la vida tras el ataque a la sede del PLRA esa misma noche. 

A raíz de las expresiones del presidente Horacio Cartes, quien pidió “balines de goma” para los estudiantes que se manifestaban ayer en contra de las notas reversales del Tratado de Yacyretá y la corrupción, decidió escribir una carta para el Mandatario. 

“Lo que usted nos desea, Señor Presidente, no es más que el reflejo de lo consumida que está su alma y su conciencia (si es que todavía las tiene) por las infinitas ansias de poder, por la frustración que existe dentro de su ser, por el fracaso de sus planes de llevar todo por delante sin importar qué cabezas tenga que pisar”, señala el joven en el inicio de la carta que decidió difundir a través de sus redes sociales.

Mencionó que sus expresiones no son más que el resultado de lo “enviciada que quedó su cabeza con los años de autoridad, siempre saliendo airoso sin que nadie pueda hacer contra al 'imperio' que armó”, y que está compuesto por aduladores y serviles a su dinero y poder. “Sin eso, Señor Presidente, no es más que un alcohólico que no puede hilar dos frases enteras”.

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“Lo que usted nos desea, Señor Presidente, solo provoca que los jóvenes tomen conciencia, se levanten y hagan el lío que usted mismo pidió, hasta creyendo que serían solo palabras para nuestros oídos, como decía Voltaire 'Hay quienes solo utilizan las palabras para disfrazar sus pensamientos', y créame, señor presidente, usted nunca supo disfrazar sus pensamientos”, agrega el joven.

Asimismo, relata que lo que él deseó a los jóvenes ayer, él lo sufrió en carne propia, y no se lo desea a nadie: “El sufrimiento que generó en mis padres, en mis hermanos, en mis familiares, en mis amigos. Ese sufrimiento, le juro, Señor Presidente, no se lo deseo a nadie”.

“Lo que usted nos desea, Señor Presidente, quizás para usted es solo 'un balín de goma'; para mi familia fueron noches enteras sin dormir, esfuerzos económicos extraordinarios. Para mí, fueron cirugías, perder trabajos, perder aptitudes, acostumbrarme a una nueva vida, porque créame, Señor Presidente, perder un ojo no es joda; pero para usted, es solo un balín de goma”, lamentó.

Finalmente, indicó que hasta sería hipócrita de su parte decir que no siente rabia a raíz de sus declaraciones, pero ante todo siente mucha pena por saber que el gobernante de nuestro país desea que muchos otros jóvenes sufran lo mismo que él y otras víctimas de aquel 31 de marzo.

“Manucho”, como lo conocen sus amigos, contó a ABC Color que en la noche de ese 31 de marzo estaba en su casa viendo por las noticias las manifestaciones, y cuando se cortó la transmisión decidió también ir a protestar. En el camino, se encontró con dos amigos, con quienes quedó en que primero irían a cenar y luego al Congreso.

Sin embargo, ninguno llegó a dicho destino. Cuando se dirigían a la sede legislativa, sobre la calle Caballero y Palma, tuvieron que empezar a esquivarse de las balas y buscar protección. Sus amigos fueron llevados por una estampida de gente y él se recostó en una pared para cubrirse, y cuando quiso mirar a los costados para poder huir a un lugar más seguro, sintió el impacto en el ojo.

Él relata que, en principio, fue solo una molestia, pero se dirigió hasta la Plaza Uruguaya, donde estudiantes de medicina estaban auxiliando a las víctimas. “Yo pedí agua nomás; porque pensé que era algo solo del párpado; pero me examinaron y se dieron cuenta de que era grave, por lo que ellos mismos buscaron un móvil para llevarme al hospital. Una pareja se ofreció, y me llevaron hasta el Hospital de Clínicas, donde recordé que hay urgencias oculares”, relata.

Primeramente, los médicos le dijeron que iba a perder el 80% de la vista en el ojo derecho. Sin embargo, luego de realizarse varios estudios le dijeron que debían extraer la bala de su ojo, y se sometió a una cirugía de emergencia.

El joven estudiante de Medicina comentó que su familia tuvo que costear todos los gastos de las medicinas y la prótesis ocular, ya que absolutamente ninguna autoridad se ha hecho cargo de ningún gasto. “El único que se puso en contacto varias veces para saber cómo estaba fue el diputado Édgar Acosta, a través de su secretaria”, destaca.

Esta fue la bala que le quitaron del ojo.
Esta fue la bala que le quitaron del ojo.

El año pasado, luego de lo sucedido, la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) presentó una denuncia para que se busque individualizar al policía que disparó contra él esa noche. Sin embargo, hasta la fecha, esa denuncia nunca corrió.

“Ni siquiera me llamaron a declarar”, cuestionó. A raíz de eso, y porque comprobó que los casos judiciales durante el gobierno de Cartes no avanzan, decidió que recién al terminar su mandato presentará una denuncia ante el Ministerio Público.  

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