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Los presuntos peajeros son Valeriano Lezcano Fernández (58), y Fermín Morales Rojas (64), ambos vecinos del lugar, jurisdicción del barrio Julio Correa (camino al Palacio de Justicia de Luque) quienes alegaron que la supuesta reparación con cemento y piedra triturada fue ordenada por el dueño del depósito de materiales de construcción San Agustín, ubicado cerca de la parada de la Línea 28, en Maramburé.
Sin embargo, estas dos personas prácticamente cerraron la calle con cajas de gaseosas y exigían dinero a los automovilistas a cambio del trabajo que estaban realizando. Además de la peligrosa intervención, los presuntos peajeros produjeron un embotellamiento de vehículos en la zona.
Esta situación generó las quejas de los automovilistas, quienes alertaron a la Policía de Luque referente a la presencia de dos personas particulares trabajando en plena calle y en medio de los vehículos.
A raíz de las quejas, patrulleros de la comisaría local acudieron hasta el lugar para indagar a los desconocidos, precisó el comisario principal Carlos Cáceres, jefe de la Comisaría 3° Central.
Los policías “invitaron” a los presuntos peajeros a abandonar el sitio, debido a que estaban exigiendo dinero a los conductores, y no contaban con permiso para realizar ningún tipo de actividad en la referida calle, que está a cargo de la Municipalidad de Luque, informaron.
Los caminos alternativos, además de las calles céntricas y vecinales de Luque, están en condiciones vergonzosas. Los baches se multiplican como hongos, mientras que otros se agrandan. Pese a la “emergencia vial”, declarada por la Junta Municipal en marzo pasado y la reciente compra de una planta móvil de asfalto por G. 9.800 millones, no se ven mejoras en la ciudad.
Por su parte, el intendente saliente Meza Bría (PLRA), desde que convirtió en jefe de campaña del candidato a intendente por el Partido Liberal, el concejal Manuel Morínigo, prácticamente se olvidó de trabajar por la ciudad.
En la administración Meza Bría (periodo 2010-2015), pese a contar en total con unos G. 15. 600 millones exclusivamente para reparación y mantenimiento de las arterias luqueñas, las calles parecen que fueron bombardeadas debido a los grandes baches y buracos.