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Derlis Ramón Mendoza Cardozo, de 54 años, está preso en Maputo, Mozambique (continente africano), desde hace cuatro años, acusado de ser mula de drogas.
Según cuenta su hija María Luján Mendoza, fue llevado bajo engaños y promesas de un buen trabajo por una mujer de Ciudad del Este. Dijo a su familia que iría a Sao Paulo, Brasil, y en los primeros tiempos enviaba fotografías donde se lo veía instalado en un hotel de lujo, con ropas de marca.
Todo resultaba demasiado bueno para ser verdad. Pronto, este padre de familia dedicado toda su vida a ser vendedor ambulante perdió contacto con su familia y, cuando volvieron a saber de él, tiempo después, ya se encontraba preso en una cárcel de Mozambique. Lo único que la familia pudo saber es que supuestamente le habían encontrado cocaína.
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Intentaron por todos los medios intervenir para asistir a su padre y gestionar un traslado o al menos garantizar su bienestar donde se encontraba, pero pese a las promesas de un diplomático de hacer gestiones a través de la Cancillería, nunca se movió ningún trámite para ayudar a Mendoza Cardozo. Según María Luján, este diplomático se llama Joaquín Gómez.
Paraguay no tiene una embajada en Mozambique. La embajada paraguaya concurrente en ese país está ubicada en Sudáfrica y se encuentra a cargo del encargado de negocios Roberto Ramón Recalde González, acompañado por el funcionario Rubén Darío Antonio Ortiz Méndez.
Según el relato de María Luján, al poco tiempo de ser enviado a prisión, el padre de familia de 54 años comenzó a enfermarse, y las diversas complicaciones de salud lo llevaron a perder una pierna.
A través de un teléfono celular que guarda a escondidas en el penal, su familia logra saber algo de él cada cierto tiempo, pero la preocupación más grande es su estado de salud. Derlis no se encuentra bien y debe operarse en febrero, pero su hija no puede siquiera pensar en qué condiciones intervendrán a su padre y le preocupa sobremanera la cantidad de enfermedades a las que se expondría, convaleciente, en el interior de la penitenciaría.
La única esperanza que tiene Mendoza es un hombre, Joaquín Gómez, quien sería o embajador o encargado de negocios en ese país, pero la comunicación fue solo a través de mensajes. La última promesa esperanzadora que recibieron es que en junio tendría que salir en libertad condicional, pero no tienen nada en concreto hasta ahora.
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En medio del desconsuelo, lo único que pide la familia es al menos un lugar limpio y digno donde puedan tener a su padre en buenas condiciones hasta que sane.
“Quiero ver la forma en que se le pueda ayudar y saber si algún día va a volver. No sabemos si vamos a volver a ver a nuestro papá”, expresó la joven a ABC Cardinal entre lágrimas.
En cuanto a la mujer de Ciudad del Este que llevó a su padre bajo engaños, María Luján prefiere no hacer ninguna denuncia. “Mi papá nunca quiso que denunciemos a la señora, dice que es mejor no meterse con esa gente. Ellos nunca pierden, por algo ya están en eso y hacen estas cosas”, señaló la joven.