Cargando...
El programa transmitido por TV Brasil Internacional menciona que actualmente el gobierno de ese país estima que 300.000 brasileños están en Paraguay, principalmente en los departamentos de Alto Paraná y Canindeyú, y se cree que el 10%, unos 30.000, están en situación irregular, sin documentos.
“No se trata solamente de un mecanismo de expulsión y atracción espontáneo de migración. Existió por parte del gobierno paraguayo del dictador Stroessner todo un incentivo a esa migración, sobre todo a los inmigrantes del sur de Brasil”, explica el sociólogo Lindomar Albuquerque, profesor de la Unifesp.
Según el material, el 'boom' de la migración brasileña a Paraguay ocurrió en la década de los '70 por la gran oferta de tierras fértiles y baratas, la construcción de la hidroeléctrica de Itaipú y el encarecimiento del proceso productivo causado por la modernización de la agricultura en Brasil, que causó que miles de campesinos brasileños migrasen a la zona Este de Paraguay.
Los brasileros enfrentaron y siguen enfrentando, entretanto, problemas para legalizar su condición de extranjero o para titular sus tierras, indica. Esta situación motivó que entre 1980 y 1985 unas 1.000 familias brasileñas volvieran a su país.
Según la explicación de la antropóloga Márcia Sprandel, el término “brasiguayo” nace en la década de los '80, cuando esas familias trataban de volver al Brasil y obtener tierras de la reforma agraria.
Estas familias crearon el movimiento “Sin Tierras del Paraná” y fueron a la zona de Mato Grosso do Sul. En ese momento iniciaron un discurso, "el discurso de los brasiguayos", explica Sprandel.
“Nosotros no somos brasileños ni paraguayos, somos 'brasiguayos' y tenemos derechos”, era el discurso que, según la antropóloga, tuvo tal repercusión que la primera expropiación hecha a favor de 'sintierras' en Brasil fue para ese grupo de personas.
Es importante entender, según la antropóloga, que los que hoy viven en Paraguay, ya sean brasileños o paraguayos descendientes de brasileños, ya tienen hasta nietos o bisnietos y existe en tal contexto una mezcla cultural compleja e interesante.
Sprandel comentó que durante el gobierno de Lugo se hicieron numerosos trabajos de campo en conjunto entre los gobiernos de ambos países, para documentar a los brasileños, ya que muchos de ellos ni siquiera tenían su propia documentación de Brasil.
Si bien hubo un gran grupo que retornó desde los campos de Paraguay a Brasil por el problema de las documentaciones, también entre los '80 y '90 un grupo importante comenzaba a llegar a Paraguay con fines de emprendedurismo y no para trabajar en la agricultura.
Sin embargo, a pesar de que esa corriente de gente que llega a las zonas urbanas de Paraguay a trabajar, atraídos en muchos casos por los bajos impuestos –cuenta un inmigrante brasileño-, el grueso de la comunidad brasileña en nuestro país es de un perfil rural, explica la profesional.
Para Sprandel, que realizó trabajos de campo en las zonas de influencia de la comunidad brasileña en Paraguay, quienes se dedican a la agricultura de ninguna manera tienen que ver con los brasileños que llegan de Río o San Paulo para esconderse porque son delincuentes.
Una brasileña que vive en Paraguay desde hace 25 años, Sueli Guerreiro, quien esta casada con un paraguayo, dijo que Paraguay es algo muy diferente de la imagen que se tiene afuera.
“(Tenemos) acceso a un nivel de vida que en el Brasil es un poco más difícil, yo estoy muy contenta aquí, el brasileño que viene aquí no quiere volver jamás, se enamora de Asunción, de la cultura paraguaya, que es una cultura con valores familiares y sociales muy bien conservados, y muy, muy diferente de la imagen que se tiene de Paraguay afuera”, afirmó.
La antropóloga Sprandel coincidió con Guerrero y dijo que es muy notable cómo muchos brasileños hacen chistes o se burlan en base a prejuicios.
“Ese prejuicio viene repitiéndose, uno ve que la gente con la mayor tranquilidad hace chistes, burlas, discursos en el Congreso con una falta de respeto inmensa hacia Paraguay, como si no fuese un país con toda una estructura institucional montada, que tiene una cultura diferente, una cultura muy linda, y entonces nos quedamos en nuestra posición de espaldas creyendo que conocemos y no conocemos, porque si el brasileño conociera el Paraguay cambiaría completamente su opinión y pasaría a admirar a ese país que, además, es un país hermano por el Mercosur”, indicó finalmente la profesional.