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Aproximadamente a las 16:30, el Sumo Pontífice salió caminando por el portón principal de la Nunciatura de Asunción, para saludar a la muchedumbre que lo esperaba para mirarlo, saludarlo y quizás obtener su bendición. Rodeado de sus guardias, que además de cuidarlo ayudaban a acercar a niños enfermos para que el Santo Padre los bendiga, Francisco recibió varios regalos de los presentes.
Luego tomó un micrófono y se despidió de la gente, agradeciendo a Dios por esta visita y bendiciendo a todos los que estaban en el lugar. Pidió a los fieles rezar todos juntos una oración a la Virgen María y así lo hicieron.
Finalmente, pidió que recen por él -como lo hace tras cada discurso-, para subir después al papamóvil y dirigirse a la Costanera José Asunción Flores, donde miles de personas lo esperan, sobre todo jóvenes, que buscan un mensaje de su líder espiritual.