Cargando...
Crack, chespi, paco. Con estas denominaciones se conoce normalmente a la sustancia que básicamente es pasta base, un subproducto previo a la elaboración de la cocaína, que contiene numerosos químicos y ácidos altamente peligrosos.
La pasta base de cocaína, que al cristalizarse se parece a una piedra de color amarillento, puede ser inhalada al ser quemada. Produce un vapor que tiene en el consumidor un efecto más rápido e intenso que el que se obtiene con otras drogas, pero dura menos tiempo, lo que lo empuja a consumir otras dosis en un periodo de entre 15 a 30 minutos para continuar con el efecto estimulante sobre su organismo, explica el doctor Manuel Fresco, director del Centro de Control de Adicciones, dependiente del MSP.
Esta droga puede cortar el apetito y la sed de los consumidores, quienes pueden pasar hasta tres días sin ingerir alimento alguno o beber agua, lo que genera el adelgazamiento crónico que caracteriza a los adictos a esta sustancia.
Dependiendo del organismo, una sola dosis puede ser suficiente para generar adicción. El humo que se inhala de la pasta base afecta primero al pulmón, generando un cuadro llamado comúnmente “pulmón de crack”, una afección muy severa.
“Lo primero que afecta es la vía inhalatoria. La droga tiene un efecto muy intenso, genera sensación de poder y placer, es muy cautivante. Pero no a todos los que consumen drogas les gusta ese efecto”, sostiene.
De hecho, las estadísticas indican que la primera droga en ser consumida en la adolescencia, o droga de iniciación, es el alcohol, la ventana a las otras sustancias ilícitas. Los jóvenes escolarizados se inician en el consumo de bebidas alcohólicas a una edad promedio de 13,3 años, según datos del Observatorio Paraguayo de Drogas. El crack es la segunda droga ilícita más consumida. La primera es la marihuana.
Lea más: Alcohol, la puerta al mundo de las drogas
En muchos casos los adictos al “chespi” buscan ser rehabilitados –sostiene Fresco– ya que actualmente el Centro Nacional de Adicciones tiene a esta droga como la primera causa de ingreso de pacientes.
Para aquellos que no buscan tratamiento los efectos pronto van evolucionando: del nivel pulmonar avanzan hacia problemas psiquiátricos, incluso puede causar crisis sicóticas en los consumidores. La expectativa de vida de un adicto al crack es de cinco años como promedio.
“La adicción a cualquier sustancia es una enfermedad crónica. Se puede recuperar la persona, pero puede haber recaídas”, dice el especialista, y aunque el tratamiento depende del tiempo de consumo y daños en el organismo, puede durar entre 3 y 5 años, con acompañamiento posterior de Narcóticos Anónimos.
La pasta base es una de las drogas más mediáticas, sobre todo por sus efectos en la salud y por lo que acarrea como consecuencia social, la proliferación de delincuentes que necesitan objetos de valor para comprar las drogas. Pese a su gran circulación, no se produce en el país, sino que proviene de Bolivia, afirma Francisco Ayala, director de comunicación de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
Se trata de una masa que contiene las hojas de coca, solventes, ácido, a la cual le faltan muchos procesos para convertirse en el polvo. “Es una etapa etapa previa a la cocaína, le falta un proceso químico bastante largo”, sostiene.
Esta masa es muy voluminosa pero a su vez muy liviana. Con solo 10 gramos de ella se pueden obtener al menos 150 dosis. Es ingresada a nuestro país por las grandes bandas que trafican con cocaína y usan a Paraguay como país de tránsito. Una fracción de lo que atraviesa nuestro territorio se destina al mercado local, como lo que es, pasta base.
Cada dosis, que se conoce como “moñito”, se comercializa entre G. 5.000 y G. 15.000, lo que la convierte en una de las más accesibles. Un consumidor asiduo puede fumar entre 5 a 15 dosis por día, advierte Ayala.
Si bien no existe un estudio que denote el mayor impacto o circulación de esta droga, los operativos de la Senad y la Policía han logrado las mayores cantidades de incautaciones de crack en las ciudades del departamento Central.
En caso de que conozca personas con adicción a esta u otras sustancias ilícitas, puede comunicarse con el Centro Control de Adicciones, al (021) 298 352. Las consultas son gratuitas.