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El precio del oro amaneció este lunes a US$ 1.307 (unos G. 5.855.360) por onza. Cada kilo equivale a 35.274 onzas. Cada kilo de oro vale, hoy en día, unos US$ 46.103 (G. 206.541.968).
Es inverosímil lo que se realiza en la esquina de una calle sin nombre y el asfaltado que une la ruta Nº 2, a la altura del kilómetro 24, con la ruta Nº 1, a la altura del kilómetro 30, en el barrio San Antonio de la Compañía Aldana Cañada.
El punto de los trabajos se encuentra frente al exbalneario Malibú, en la esquina de la fracción San Blas, en el límite con J. Augusto Saldívar. Un buscador de tesoros, Juan Díaz, afirma que con equipos de alta gama logró detectar que allí, donde ahora hay un agujero enorme, hay 10.000 kilos del precioso metal.
Numerosas historias y leyendas se tejen en la historia paraguaya sobre los tesoros escondidos. La “plata yvyguy”, como se lo conoce dentro del folclore paraguayo, es un bien enterrado -siempre suele ser oro- que formaba parte de las arcas del Estado o de pudientes familias de la época de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), que ante el saqueo de las tropas aliadas (Argentina, Uruguay y Brasil) tuvieron que esconder su patrimonio bajo tierra, por si alguna vez regresaban.
Las preguntas que surgen luego de esta búsqueda son demasiadas. Pero entre las más importantes podríamos destacar: ¿Cómo se pudo enterrar, si existiese, 10.000 kilos de oro a una profundidad a la que hoy en día no se puede llegar ni con máquinas especializadas? ¿El Tesoro Nacional del gobierno del Mcal. Francisco Solano López tenía esa cantidad de metal precioso?
Pero están los que creen. La fantasía se propaga afirmando que el tesoro pertenecía a la Compañía de Jesús –los jesuitas– quienes fueron expulsados de España en el año 1767 y, por consiguiente, de las colonias que ese reino tenía en Sudamérica. Las mismas preguntas vuelven a reflotar… ¿Cómo iban a enterrar esa cantidad de oro?
El caso también raya lo paranormal. Juan Díaz afirma que el tesoro está ‘custodiado’ por un espíritu. Este supuesto fantasma cuida los lingotes de oro con diversas artimañas como desmoronamientos de tierra e inundaciones de agua subterránea. Es más, el espíritu hasta tiene su hora de almuerzo, pues las excavaciones, todos los días, se detienen de 12:00 a 13:00.
Mientras tanto, el morbo se dispara. Los medios de comunicación realizan una continua cobertura resaltando que están preparados unos camiones para transportar el oro que se pueda encontrar.
Díaz dice que hay que creer. Que solo un creyente puede desenterrar el tesoro, a pesar de que ninguna rama del cristianismo admite la posibilidad de existencia de fantasmas y mucho menos de espíritus que estén destinados a cuidar un supuesto tesoro.
El buscador de tesoros sustancia su lucha en supuestas imágenes tridimensionales de expertos australianos que confirman la existencia de lingotes de oro a casi nueve metros de la superficie. Hasta ahora esas imágenes no fueron mostradas en público. Repentinamente, en medio del trajín mediático, aparecieron varios benefactores que colaboran con dinero o con su experiencia a la hora de la excavación.
Mientras tanto, las autoridades son cómplices. La búsqueda tiene el permiso del intendente de Capiatá, Antonio Galeano. El aval de la Procuraduría General de la República. La colaboración de unos 50 agentes policiales que custodian la zona en vez de cuidar la seguridad en las calles. Y hasta el Ministerio Público está implicado. ¿Quién se hará cargo del daño al terreno? ¿La Municipalidad? ¿Los vecinos? ¿Cuándo se detendrá la búsqueda si es que no se encuentra tesoro alguno?
César López, procurador del Estado, afirmó que si el supuesto oro llega a ver la luz se determinará si es patrimonio del país o la repartija se regirá por el Código Civil, que determina que el 50% del tesoro será para el buscador y el otro 50% para los dueños del inmueble (Municipalidad de Capiatá y una familia de apellido Benítez).
Por cierto, si el oro aparece tendrá un valor actual de US$ 461.000.000, casi un cuarto de la deuda externa del país.
La fiebre de la plata yvyguy (I)
La fiebre de la plata yvyguy (II)