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A criterio del secretario de Estado, el éxito guarda directa relación con los recursos humanos, que en el caso del hospital pediátrico son profesionales paraguayos que dedican entre 30 y 36 horas continuas al trabajo, incluso sacrificando tiempo con la familia, como muestra de la vocación del personal.
“Es imposible remunerar con dinero todo lo que hacen; estoy seguro que una cirugía como esta cuesta en el orden de los US$ 200.000 y aquí se hace gratis, de corazón y con mucha dedicación, poniendo en alto el nombre de la medicina paraguaya y la pediatría”, destacó en conferencia de prensa.
Barrios señaló además que la formación es otra de las claves para los logros de este hospital. En efecto, se mantiene un proceso formativo que permitirá a jóvenes profesionales de la salud continuar con el trabajo ya iniciado desde la gestión del doctor Pío Alfieri. "Hay varios programas y ojalá podamos tener los recursos para seguir con la formación local, donde hay una tremenda capacidad", refirió.
La historia de Liz es muy particular, ya que -buscando su madre una rápida solución a su grave problema de salud- migró a la Argentina, de donde volvió porque le dijeron que aquí los profesionales paraguayos realizan el trasplante con éxito también.
Al volver, a los tres días de estar internada, tuvo la suerte de encontrar personas solidarias como los familiares de una persona fallecida en accidente, que tomaron la decisión de donarle el órgano. Así, tuvo una oportunidad de seguir viviendo.
El otro caso corresponde a Elvira Montiel (14), quien recibió un trasplante de corazón el pasado 7 de agosto. La joven tiene que evitar los lugares donde puedan ocurrir brotes infectológicos, como zonas inundadas, y donde exista hacinamiento de personas que le puedan transmitir enfermedades virales, como influenza, que en un paciente previamente sano ya puede ser grave y que en uno con trasplante lo es mucho más.