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El comisario César Silguero, jefe de Homicidios de la Policía Nacional, dijo que uno de los malvivientes trató de vender el aparato a ese precio porque se dañó debido a la lluvia y, por lo tanto, solamente servía como repuesto.
Por otro lado, resaltó que el involucrado no supo explicar cómo llegó a sus manos el aparato celular robado. Sin embargo, que haya tenido el teléfono lo involucra directamente en el hecho, indicó el jefe policial a la 780 AM.
En otras palabras, el asesinato finalmente fue solamente para que los supuestos criminales obtuvieran G. 50.000 con la venta del celular robado.
Liz Teresita Arzamendia fue asesinada durante un asalto perpetrado por “motochorros” el pasado 17 de junio, a metros de su casa del barrio Vista Alegre de Asunción.
Ayer, cayeron los dos supuestos autores materiales del hecho en el barrio San Isidro de Lambaré. La Policía también arrestó a cuatro presuntos cómplices.
Minutos antes de la medianoche, la fiscala Fátima Britos imputó por homicidio doloso y robo agravado a cinco de los detenidos.
El rastreo del celular robado condujo a los investigadores hasta los sospechosos, quienes vivían en una casa perteneciente a una traficante de drogas presa y que está equipada hasta con sistema de circuito cerrado.
Así también, el caso de Teresita movilizó a varios sectores, quienes desde que se dio a conocer el hecho se manifestaron pidiendo más seguridad y criticando el sistema judicial.