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En el país existen 406 oficiales del Registro Civil, cuyas oficinas deben funcionar en medio de precariedades, algunos en casas particulares y otros en precarios alquileres.
Teniendo en cuenta que el rol del Registro Civil es de suma importancia, ya que se encarga de registrar a las personas para obtener su identidad, los funcionarios de esta dependencia judicial solicitan la reivindicación de la profesión y el aumento salarial acorde al cargo.
Según denuncias, la mayoría de los oficiales del Registro Civil deben comprar los insumos de la oficina de su propio salario, y la falta de hojas o estampillas muchas veces termina en el cobro a las personas que acuden al lugar.
Para luchar por la reivindicación salarial, se conformó el primer sindicato de oficiales del Registro civil, hecho que consideran histórico ya que la elección se dio mediante una asamblea, previa invitación a todos los oficiales del país.
De la asamblea, que se realizó en la Cooperativa del Registro Civil, participaron 130 oficiales quienes eligieron a los integrantes del sindicato. Como secretaria general fue electa Lís Leguizamón.