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En plena era democrática y tres décadas después del fin de oscuros tiempos dictatoriales, una turba de lopistas guiada por el colorado cartista José Ocampos atropelló la función de estreno de la obra “Las locuras del Mariscal”. Según ellos, la puesta en escena ofendía al Mcal. Francisco Solano López.
En realidad, el director de la puesta, Anuncio Galeano, presentó en estilo clown, inspirado en las divagaciones y disparates de un hilarante hombre que circulaba por las calles asuncenas y que se hacía llamar Mariscal. Es decir, nada tenía que ver el guión con el personaje histórico.
El gran susto por las agresiones verbales recibidas, e incluso el llanto de un pequeño actor de 7 años, llevó a que la noche del jueves la obra se presente en escena pero con fuerte custodia policial, por temor a nuevos ataques.
Lejos de menguar la asistencia del público, el intento de censura atrajo más gente al teatro, deseosa de ver la obra que tanto dio que hablar.
Galeano ya hizo la denuncia correspondiente por agresión verbal y referentes del teatro nacional asistieron a la función con carteles de protesta, que alentaban a dejar atrás la censura.
“Es una obra inspirada en un personaje real, todo el mundo lo llegó a ver en las calles, tenía problemas psiquiátricos y siempre estaba vestido de militar. Fue una inspiración”, contó Galeano.
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Añadió que está muy sorprendido aún. “Ni en la dictadura se vivió esto. Normalmente, lo que hacían era enviar a una persona anónima a ver los ensayos y ahí decidían si la obra era apta o no para presentarse, pero esta vez, por el nombre, amenazaron incluso de muerte”, dijo el director, aún impresionado por los sucesos.
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Importantes referentes de la escena artística, como la cineasta y profesora de actuación Tana Schémbori, asistieron ayer, jueves, a ver la obra. Tana dijo estar quebrantada por el peligro en el que se encuentra nuestra libertad de expresión como país.
“Es un país donde mi hijo, que tiene 7 años, va a convivir con personas que todavía tienen una mentalidad muy retrógrada acerca del arte y la cultura. Ojalá que puedan recapacitar, acercarse a ver la obra y darse cuenta de que está llena de metáforas, pero igualmente si fuera una crítica al Mariscal tampoco me parece que está buena esa cosa tan violenta hacia una expresión artística”, indicó.