Se siguió “todo el protocolo”

En un comunicado, autoridades de la comunidad religiosa Oblatos de María Inmaculada pidieron “perdón con humildad” y aseguraron que cumplieron con todo el protocolo ante los escándalos por supuestos abusos sexuales de dos sacerdotes de su congregación.

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Sobre la serie de publicaciones emitidas en los últimos días referentes a los supuestos acosos sexuales cometidos por los curas Francisco Javier Bareiro y Gustavo Ovelar, del departamento de Guairá, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada aseguran en un comunicado que se siguió “todo el protocolo” correspondiente, establecido por la Conferencia Episcopal Paraguaya y por la comunidad a la que ellos pertenecen.

Los pasos que ellos aseguran cumplieron “a cabalidad desde el 1 de diciembre de 2014”, cuando se enteraron de las acusaciones, son citados en el comunicado punto por punto. Aseguran que procedieron a “la separación de sus cargos de ambos sacerdotes en diciembre de 2014, la suspensión de sus ministerios, en diciembre de 2014, la comunicación al obispo de la Diócesis de Villarrica, el 9 de diciembre de 2014, la denuncia a la Fiscalía, en marzo de 2015, la denuncia al superior de la Congregación (Oblatos) y, por último, la denuncia a la oficina competente en el Vaticano”.

Las autoridades de la comunidad Oblatos de María Inmaculada informan además que, tras estos pasos, establecieron un comité de investigación, conformado por abogados y representantes de la Conferencia de los Religiosos del Paraguay (Conferpar). Luego de la conformación de este comité, informan que el superior de la comunidad Oblatos de María envió una delegación investigadora que recogió informes que se han agregado a la documentación.

Los Oblatos argumentan que el proceso “tiene su tiempo”, tanto para la Fiscalía como para Roma. No obstante, entretanto, aseguran que “lamentan profundamente el daño causado” y piden “con mucha humildad perdón a todos los afectados”.

El comunicado, que está firmado por el padre Francisco Carrillo, provincial, y el padre Zenón Berikani, delegado de los Oblatos, no explica con exactitud a dónde fueron destinados los curas señalados, en el caso de que hayan sido separados de sus cargos. Tampoco especifica los motivos por los que, si los hechos de acoso ocurrieron entre 2011 y 2013, y la denuncia de los jóvenes a la Fiscalía fue presentada en marzo de 2014, recién comenzaron a actuar en diciembre de 2014.

Tampoco responden por qué, conociendo las graves denuncias, en una fotografía del 19 de marzo del año 2014, los sacerdotes posan sonrientes y tranquilos en una fotografía grupal de la congregación que era portada de la página de Facebook hasta hace unos días. Vale aclarar que, tras la publicación de ABC Color, retiraron esta fotografía de la red social. 

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