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El nuncio de su santidad, Mons. Eliseo Antonio Ariotti, abogó por un Paraguay Nuevo, que sea una tierra nueva donde habite la justicia. Con esta misa, los católicos paraguayos esperarán en vigilia la fiesta la Inmaculada Concepción, que se recuerda cada 8 de diciembre.
En su homilía el representante del Papa destacó la misión del consagrado en la Iglesia y la necesidad de orar por las vocaciones tal como pide el papa Francisco. Este año la celebración está dedicada a la vida consagrada.
“¿Qué es lo que el Papa nos invita a celebrar en este año? En primer lugar, nos invita a renovar nuestra fidelidad al Evangelio, a reavivar el don de la profecía y a fortalecernos en la esperanza, para vivir en el hoy de la humanidad, ya que: 'Confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia'. Mejor dicho: ¡Esperamos un Paraguay nuevo y una tierra nueva en que habite la verdadera justicia y la misericordia del Señor!”, indicó.
Agregó que la fidelidad, profecía, justicia y misericordia son el camino nuevo de una vida religiosa que sale al encuentro de la vida, de la historia y de la humanidad, por lo que pidió que la celebración de este año de gracia y reavive esperanza en un Paraguay mejor.
Finalmente clamó: “¡Paraguay, Paraguay, ábrete a Dios, a sus pobres y a su justicia! ¡Paraguay haga viva la ‘teología de los pobres’, de rodillas, humildemente, con corazón grande y misericordioso para amar a los pequeños!”.