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Fue el inicio de su carrera política. Alfonso Noria, hasta entonces un desconocido y humilde profesor de educación física que debía movilizarse a bordo de una maltrecha bicicleta, llegó en 2006 a la intendencia de Curuguaty de la mano del Partido Colorado.
Estuvo cuatro años en el cargo, hasta 2010, cuando renunció a la intendencia pero con el objeto de postularse para el “rekutu”, aunque fue superado por el liberal Ramón Vega Barreto, quien también terminaría su periodo con serios cuestionamientos y procesos judiciales.
El periodo municipal de Noria no tuvo mayores sobresaltos, excepto un procesamiento por la contaminación que producía el matadero municipal y vertedero. Al concluir su mandato, seguía viviendo en una modesta casa ubicada al costado de la Municipalidad.
A pesar de que no tuvo sobresaltos, hubo algo en lo que Noria faltó a la ley. Durante los cuatro años que fue jefe comunal en Curuguaty, el hoy gobernador del departamento de Canindeyú no presentó siquiera una sola vez su declaración jurada de bienes. Así lo revela una serie de documentos a los que tuvo acceso ABC Color.
Es decir, Noria violó la ley al no cumplir con su obligación de presentar la declaración jurada de bienes durante el tiempo que fue jefe comunal. Una obligación que sí cumplió cuando asumió como gobernador de Canindeyú.
Según relataron fuentes de la Contraloría General de la República, los funcionarios públicos y quienes ocupen cargos electorales que no cumplan con la obligación de presentar la declaración jurada se exponen a una sanción consistente en una multa equivalente a 300 jornales mínimos (unos G. 21 millones).
Sin embargo, señalaron nuestras fuentes, al momento en el que Noria ocupaba el cargo de jefe comunal aún no se habían establecidos las sanciones para quienes violaban la ley al no presentar sus declaraciones juradas.
Alfonso Noria es investigado actualmente por supuesto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, luego de una Comisión Bicameral del Congreso presentara un informe en el que relataban que el gobernador del decimocuarto departamento experimentó un llamativo y acelerado bienestar político.
De acuerdo al informe a la comisión instalada tras el asesinato del periodista del diario ABC Color Pablo Medina, Noria pasó de desempeñarse como humilde profesor de educación física a ser un millonario poseedor de estancias, casas y caballos.
Noria Duarte es hombre cercano a la diputada Cristina Villalba, al hermano de ésta, Carlos “Cabrito” Villalba y al mismísimo presidente de la República, Horacio Cartes.
Sobre los Villalba y el mismo Noria Duarte, pesan acusaciones de ser supuestos protectores de narcotraficantes que operan impunes en el departamento de Canindeyú. De hecho, el señalado como autor intelectual del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina, el exintendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, formaba parte de su equipo político y se mostraba cercano tanto al gobernador como a la diputada.
A pesar de las numerosas denuncias de los vínculos de Acosta Marques con el narcotráfico, tanto Noria Duarte como Villalba mantuvieron al mismo dentro de su entorno y mantuvieron su apoyo al mismo hasta el 16 de octubre de 2014, día del asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada, fecha desde la cual intentaron desligarse del mismo.
Luego del “stand by” que experimentó en su novel carrera política, Alfonso Noria Duarte se unió con el grupo de la entonces gobernadora María Cristina Villalba, representante del distrito de La Paloma.
Villalba, que ya pensaba en postularse a la diputación, entonces preparó a Noria para dejarlo en la Gobernación. Efectivamente, este último ganó las elecciones en 2013 supuestamente al captar a su favor todo el aparato político que manejaba la actual diputada.