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Vanessa González es vecina del militar que contrajo malaria durante un viaje al África. El viernes pasado comenzó a tener dolores de cuerpo, retrooculares y de cabeza, por lo que llamó al instituto de Medicina Tropical, donde le dijeron que si comenzaba a hacer fiebre debía ir a consultar. A la madrugada del sábado, alrededor de las 2:00, comenzó la fiebre y entonces decidió ir al centro asistencial, narró a ABC Televisión.
Allí la atendieron y le ordenaron los análisis que se olvidaron de practicarle, por lo que tuvo que volver. En el laboratorio -dijo- poco caso le hizo el personal, la atendieron mal y no la tomaron en serio, señaló. El resultado del primer análisis dio positivo a malaria y ella entró en pánico, sobre todo porque tiene un bebé en periodo de lactancia.
Su padre perdió la calma por la forma en que los atendieron y denunció ante la prensa el resultado de su hija. Según la mujer, una vez que salió a la luz, la atención fue otra. Rápidamente llamaron a la especialista en análisis para malaria, cosa que se pregunta por qué no hicieron desde un principio ante la posibilidad de que sea esa la enfermedad.
Poco después de las 22:00 de ese sábado que había comenzado casi veinte horas atrás, tuvo el segundo resultado, que dio negativo. Luego, ella decidió practicarse un tercer análisis en un laboratorio privado y este, igualmente, dio negativo. Vanessa lamentó el manejo de la situación, a puertas cerradas y sin tomar con la seriedad necesaria la posibilidad que se presentó en ese momento. Instó a la gente a denunciar cuando hay mala atención, sobre todo en casos tan serios.