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El titular del Servicio Nacional para la Erradicación del Paludismo (Senepa) conversó con radio ABC Cardinal sobre las irregularidades en el uso del químicos Deltametrina, que no solo generaba problemas en las máquinas fumigadoras, sino que no mataba a los mosquitos y eran potenciales causantes de enfermedades para la población.
Aguayo aseguró que estos químicos “casi no se usaron”, ya que pruebas hechas a los insecticidas demostraron que no causaban daños a los mosquitos, y que, en contrapartida, podría hacerlo a los seres humanos. Para evitar ello, el funcionario adelantó que no se comprarán más químicos para fumigaciones de firmas locales, y que ahora adquirirán los productos que tengan el sello de garantía de la Organización Nacional de la Salud (OPS).
“Nunca más se van a usar productos de mala calidad, así tenga problemas con los proveedores, que ya los tengo”, expresó el director de Senepa, alegando que las empresas locales carecen del certificado internacional de calidad. “Ya no se comprarán mas insecticidas locales”, puntualizó.
Cerca de G. 2.000 millones recibió una empresa del Senepa para la compra de insecticidas que debían ser destinados a la lucha contra el dengue, el chikunguña y el zika, pero que no funcionaron e incluso afectaron la salud de funcionarios y ciudadanos.
Cambios de color en la piel y dificultades para respirar fueron algunos síntomas que al menos una decena de vecinos del barrio San Blas de Caacupé presentaron el pasado 23 de octubre. Los problemas comenzaron a aparecer alrededor de media hora después de que pasara por allí un vehículo de fumigación del Senepa.
El insecticida Deltametrina al 2% que habría generado esta serie de realizaciones fue proveído por la firma Chemtec S.A., adjudicada entre 2013 y 2014 con G. 1.950 millones para proveer 20.000 litros del químico que debería ser utilizado para controlar la proliferación del mosquito Aedes aegypti. Sin embargo, luego de la provisión de la primera mitad de los 20.000 litros, su uso fue suspendido. El insecticida permaneció guardado, en grandes cantidades, en algún depósito del Senepa.
Luego de una serie de cambios en la institución y cuando la nueva administración se topó con miles de litros de insecticida sin usar y la inminente llegada de las épocas de mayor proliferación de mosquitos, se ordenó la inmediata utilización del químico para las campañas de fumigación.
Una serie de informes internos del Senepa revelan que los técnicos encargados de las fumigaciones comenzaron a notificar problemas a la hora de la utilización de la Deltametrina.