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“Cualquier grupo de la Policía tiene que estar bien formado, sin importar la popularidad que tengan deben hacer cumplir la ley. Deben cuidar esa popularidad, es crucial que cuiden el abuso de su autoridad”, enfatizó Soledad Villagra, presidenta del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, al ser consultada sobre el último hecho que generó polémica en las filas del grupo Lince, cuando dos efectivos de esta agrupación ordenaron a un ciudadano quitarse el piercing que llevaba puesto.
Para la presidenta, a los uniformados les falta mucha tolerancia y capacitación en materia de no discriminación y derechos humanos.
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“La libertad de expresión implica que cualquier persona pueda manifestarse en su personalidad de la forma en que lo considere. Nadie puede ser obligado a prohibir lo que la ley no prohíbe. No tenía nada que hacer el Estado en intervenir en la vestimenta de un ciudadano. Esto es volver hacia atrás”, declaró la presidenta del (MNP).
Soledad Villagra recordó que hay unos límites muy claros de por qué podría ser restringida la libertad de expresión, y puede ser exclusivamente por normas de convivencia social, pero los efectivos policiales “no son la autoridad que tiene que restringir eso para nada, no le corresponde”, enfatizó Villagra, al tiempo de añadir “si les dejamos que caprichosamente se den el gusto de elegir qué tienen que prohibir, ellos se van a sobrepasar”, aseveró.
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Como recomendación para el siguiente gobierno, desde el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura piden “que estos abusos sean frenados inmediatamente; si no, vamos a tener no más que un grupo de forajidos sin ley”, aconsejó la presidenta del MNP, quien agregó que no es la primera denuncia que reciben en el MNP sobre abusos por parte de efectivos del Grupo Lince, así como de otros uniformados de la Policía Nacional.
Finalmente, Soledad Villagra resaltó que se han ofrecido a trabajar con la Policía, capacitándolos en los aspectos débiles a fortalecer en lo que refiere al respeto por los derechos humanos y valores democráticos.
La polémica se dio luego de que dos uniformados del grupo Lince ordenaran a un joven que se quitara el piercing que llevaba puesto.