No más monos como mascotas

“Los monos no son mascotas” se denomina la campaña con la que se intenta concienciar sobre el cuidado de estos animales para que no vivan en cautiverio, ya que se pone en peligro a la especie.

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En Paraguay es habitual ver pequeños monos en las casas y es tan fácil como ir al Mercado 4 para conseguirlos. Últimamente, los monos capuchinos son los más solicitados y por ende también amenazados como especie.

“Las cinco especies que hay en Paraguay no son buenas mascotas, pero la mayoría de los monos mascota son de la especie capuchinos y karaja”, indicó Rebecca Smith, miembro de la organización Fundación para la Tierra quien advierte que pese a que no hay cifras sobre el tráfico de estos animales, estiman que es muy elevado. “La población de monos silvestres está decreciendo a causa de esto”, dijo.

“Fui a visitar el mercado 4 para comprar un mono y en 5 minutos ya encontré un karaja bebé y la gente allá te dice, si querés un capuchino vení mañana, si querés un mono de Brasil podemos encontrar para vos, entonces esta muy facil comprar acá”, lamentó Smith.

Al tenerlos en cautiverio se pone en peligro principalmente a los animales. Ellos viven en grupos por toda su vida, tiene un comportamiento social muy complicado y su dieta también, la mayoría de la gente piensa que comen solo frutas o banana además yo estoy acá hace 4 años estudiando a esta especie, y requieren como 80 a 90 hectáreas, es lo que se desplazan en un día y en cautiverio la gente los tiene atados a un árbol o en jaulas, explicó.

Y por más que parezcan adorables, muchos tienen una naturaleza agresiva. “Lo que pasa con los primates y los capuchinos es un perfecto ejemplo: son muy amables cuando son bebés, pero cuando crecen son muy agresivos, muy fuertes, muy peligrosos, sus dientes son enormes y pueden hacer daños graves a los niños”, advirtió.

Apuntó que está trabajando con campañas como "No soy mascota" para generar conciencia respecto a este problema a través de las redes sociales  y de manera puntual en su zona de trabajo, pero que este es un trabajo que se tiene que hacer entre todos, ya que si bien tienen datos por ejemplo de la facultad de veterinaria de la UNA y de la Secretaría del Ambiente, “parece que el tráfico se mueve más bajo la mesa”.

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