Cargando...
En un país donde el acceso a la educación todavía es tristemente un privilegio de pocos, aunque debería ser un derecho inalienable del niño, aún existen casos en que menores son discriminados del sistema por diferentes motivos, sin importar que se trate de instituciones públicas o privadas, olvidándose así que tanto el Código de la Niñez como la Constitución Nacional garantizan el acceso a la educación sin distinciones.
Un padre de familia denunció a esta redacción que en el Colegio Politécnico Johannes Gutenberg, institución en la que estudia su hija desde hace cinco años, le negaron la posibilidad de matricularse este año lectivo, justo cuando accedería al último año del Bachillerato con énfasis en Ciencias Sociales.
Preocupados, pues se enteraron a última hora de que no recibirían a su hija, los padres quedaron en ascuas sin saber a qué colegio trasladarla. Esto, sumado a la frustración de la menor por negársele la oportunidad de terminar su educación media en el colegio donde lleva años estudiando y donde tiene arraigo.
Cuando los padres consultaron cuál era el argumento del centro educativo para cerrarle las puertas a la adolescente, la directiva alegó que la alumna es considerada “una líder negativa” para sus compañeros, pues acostumbra a cuestionar hechos que le parecen injustos e influye en sus pares de tal forma que el grupo de estudiantes también protesta por cuestiones que no les convencen y esto, para la institución, se considera una conducta conflictiva.
Además, siempre según la versión dada por el padre de familia, otro detonante de la decisión del colegio tiene que ver con una situación de maltrato verbal y psicológico que la menor ha sufrido en forma sistemática por parte de la profesora Julia Candia, quien es jefa de la especialidad.
El padre de la alumna denunció que la joven llegó a romper en llanto en un par de ocasiones, debido a los frases hirientes de la docente, que le llegó a decir cosas como “tus padres ni siquiera vienen a la reunión porque no te quieren”. Todo esto, en un momento de mucha sensibilidad para la niña, pues su padre efectivamente no asistió a una reunión porque se encontraba internado, aquejado por una grave enfermedad.
La serie de hechos llevó al padre a buscar patrocinio de un abogado y presentar al colegio dos notas en las cuales exigía una explicación por la discriminación que estaban cometiendo contra su hija. En el oficio al que accedió ABC Color se observa que el padre cita artículos del Código de la Niñez y la Adolescencia, como el artículo 3, que habla del principio de interés superior del niño, el artículo 20, que se refiere al derecho a la educación, y el artículo 21, que habla del derecho del menor a ser respetado por sus educadores, su legítimo derecho a organizarse y participar en entidades estudiantiles y el respeto a su dignidad como joven.
Además, el padre recurre en su nota a la Constitución Nacional para recordar a las autoridades del colegio Gutenberg, que en caso de conflicto, según la Carta Magna, los derechos del niño tienen carácter prevaleciente. Finalmente, en la nota remitida al director, el padre de familia advierte que acudirá al Ministerio Público a denunciar el hecho punible de maltrato verbal y psicológico que, según él, sufrió su hija por parte de la profesora Julia Candia.
Para conocer la versión del colegio sobre el caso, nos pusimos en contacto telefónico con la institución. El director general de la casa de estudios, Delbert Unruh, no atendió a nuestro llamado, pero sí accedimos a la secretaria general del centro educativo, la docente Miriam Díaz, quien reconoció que efectivamente habían tomado la decisión de no aceptar más como alumna a la menor bajo el argumento de que llevan años trabajando didáctica y psicológicamente en su conducta, pero no han obtenido resultados.
Pero, llamativamente, pese en un primer momento a que la docente nos explicó que el colegio ya tenía la decisión tomada, inmediatamente después expresó que convocaron a los padres a una entrevista “para la inscripción” de la menor, y que habían reconsiderado el caso.
El revés en la decisión que supuestamente estaba argumentada se dio curiosamente luego de que el padre de familia acudiera a la asesoría de un abogado y difundiera el reclamo.
En cuanto al supuesto maltrato psicológico por parte de la profesora Julia Candia, la secretaria general del colegio expresó que no podría confirmar o negar la existencia del hecho, pero que, basándose en su conocimiento del trabajo de la maestra desde hace años, no cree que haya existido tal conducta de su parte.
Finalmente, la secretaria aseguró que el próximo martes 5 de marzo de reunirían con los padres de la joven y que incluso le remitirían una invitación por nota para que asistiera a charlar sobre el conflicto. Mientras tanto, las clases ya comenzaron el 14 de febrero, y la reunión para zanjar el conflicto será recién el 5 de marzo, por lo que la adolescente está perdiendo semanas de lecciones.
Por su parte, el denunciante manifestó que está dispuesto a que tanto su hija como la docente Julia Candia se sometan a exámenes psicológicos y pedagógicos, de manera a que un profesional capacitado evidencie si existe o no una conducta problema tanto en la alumna como en la maestra.
“Lo que no me parece justo es que un docente recurra a sacar nomás a un alumno porque sí, porque eso me hace pensar que escapa de su capacidad el manejo de un alumno o un grupo. Es lamentable que se recurra a este tipo de acciones solo para aliviarse el peso de trabajar con el estudiante”, manifestó el padre.