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Así lo informó Luis Barreto, director de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, en conversación con ABC Color, a poco de que Vilmar Neneco Acosta sea remitido a la cárcel por disposición del juez Carlos Martínez.
Vilmar Neneco Acosta Marques declará hoy a las 09:00 ante los fiscales Sandra Quiñónez y Lorenzo Lezcano, en la Unidad Antisecuestro del Ministerio Público, a fin de presentar su defensa en el marco del proceso por el asesinato del corresponsal Pablo Medina y su acompañante Antonia Almada.
Luego de la diligencia en la Fiscalía, la Policía lo trasladará hasta el penal capitalino, donde permanecerá en un sistema de reclusión especial, aislado del resto de la población y en un recinto cercano a la oficina central de guardia, según explicó Barreto. “Es el lugar apropiado para albergar a Neneco, frente a la oficina central dentro del establecimiento penitenciario”, refirió.
Explicó que el exintendente de Ypejhú será el preso Nº 3.980 en Tacumbú, uno de los penales de máxima seguridad del país. Sobre las condiciones particulares para el político colorado, señaló que se trata de medidas de seguridad ante supuestas amenazas de muerte. “Tenemos información de inteligencia de la Policía de que hay internos que habían preguntado por él, si estaba o no estaba; evidentemente está con amenaza y no podemos exponernos a esta situación”, sostuvo.
Barreto aclaró que el sindicado como autor intelectual del doble homicidio estará en libre comunicación, pese a no tener contacto con los demás reclusos. Igualmente, como medida adicional se dispuso el refuerzo del personal de guardia en torno a él. “Justamente, a cargo del oficial de guardia están dos personales más, que son los porteros”, detalló.
Vilmar Neneco Acosta pasó la noche en el cuartel de la FOPE, luego de ser extraditado la tarde de ayer desde el Brasil, adonde había huido en octubre de 2014, tras el asesinato del periodista Pablo Medina, quien fue emboscado en Villa Ygatimí.
El político colorado maniobró con diversas chicanas a fin de intentar trabar su traslado al Paraguay, donde ahora responderá a la justicia como supuesto autor intelectual de la muerte del corresponsal a más de 13 meses del crimen. De acuerdo a los informes ya manejados por la Fiscalía, el político habría ordenado el ataque a Medina, molesto por las constantes publicaciones periodísticas sobre la narcopolítica en la frontera, donde el exintendente era uno de los “hombres fuertes”.